Un trabajo liderado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y con la participación de los hospitales Gregorio Marañón y de la Princesa, ambos de Madrid, ha descubierto las propiedades farmacéuticas del indol-3-carbinol para la leucemia linfática crónica. Se trata de un compuesto natural presente en plantas del género Brassica, como el brócoli, la col, la coliflor y las coles de Bruselas.
Aunque el organismo tolera bien este compuesto, posee un efecto tóxico sobre determinadas células de leucemia. Los resultados se han publicado en la revista Clinical Cancer Research.
En el estudio in vitro se han utilizado células de pacientes de leucemia linfática crónica con distintas fases y pronóstico. Los datos demuestran que mediante fármacos se pueden alcanzar concentraciones de este compuesto que provocan la muerte de las células leucémicas pero no de los linfocitos normales, “esenciales en el sistema inmunitario”. Los autores del trabajo también destacan que el indol-3-carbinol “mejora notablemente” el efecto de la fludarabina, uno de los compuestos más utilizados en el tratamiento de este tipo de leucemia, incluso en pacientes que presentaban resistencia a este fármaco.
Tratamiento combinado
“Los resultados nos indican que el indol-3-carbinol potencia la actividad terapéutica de la fludarabina y de otros fármacos. Por eso, estos tratamientos combinados podrían utilizarse para combatir la leucemia linfática crónica, incluso en pacientes que han desarrollado recidivas y multirresistencia a los tratamientos habituales”, explica Juan Manuel Zapata, investigador del CSIC en el Instituto de Investigaciones Biomédicas “Alberto Sols”.
El pasado mes de septiembre de 2014, Zapata y Gema Pérez –científica del mismo centro de investigación- registraron la patente del indol-3-carbinol como nuevo fármaco capaz de actuar frente a enfermedades como la leucemia linfática crónica y el linfoma de Burkitt. Este compuesto es un potente tóxico contra algunas células tumorales.
Una de las principales características que ofrece este compuesto es su acción contra las células cancerígenas en pacientes con distintas fases de la enfermedad y también en aquellos que presentan resistencias a los tratamientos. Su interacción con la fludarabina reactiva y potencia su efecto en células de pacientes resistentes a este fármaco.
Aunque por el momento esta tecnología no ha sido licitada por una empresa, su posible administración por vía oral y la existencia de estudios previos de toxicidad en humanos, que demuestran su alta tolerancia y baja toxicidad, podrían permitir una rápida aplicación clínica
Fuente: RTVE.es