Un nuevo estudio revela que consumir una bebida energética de 470 ml. puede aumentar mucho la presión arterial y las reacciones hormonales al estrés. Eso plantea la inquietud de que tales cambios aumenten el riesgo de un evento cardiovascular, señala la investigación presentada en las sesiones científicas de 2015 de la Asociación Estadounidense del Corazón. Los resultados también se publicaron en la revista de la Asociación Médica Americana.
“En estudios anteriores se descubrió que el consumo de bebidas energéticas aumenta la presión arterial en jóvenes sanos”, explica la Dra. Anna Svatikova, fellow de cardiología en Mayo Clinic y primera autora. “Ahora se demostró que el aumento en la presión arterial viene acompañado por incrementos en la norepinefrina u hormona química del estrés, lo que puede predisponer a mayor riesgo de eventos cardíacos, incluso en gente sana”.
Los científicos de Mayo Clinic llevaron a cabo un estudio piloto, aleatorio, de doble ciego y controlado mediante placebo en 25 voluntarios sanos con una edad promedio de 29 años. Todos los participantes consumieron una bebida energética de 470 ml. y un placebo en orden aleatorio, dentro de un período de cinco minutos y en dos días diferentes, separados por un lapso máximo de dos semanas. La bebida del placebo tenía sabor, consistencia y color similares a los del refresco energética pero carecía de cafeína y otros estimulantes, como taurina, guaraná y ginseng.
Después de consumir la bebida energética, no solamente aumentó la presión arterial en los voluntarios del estudio, sino que los niveles de norepinefrina subieron casi 74 por ciento, comparado frente a un aumento de 31 por ciento después de beber el placebo, apostilla la Dra. Svatikova. La presión arterial sistólica aumentó después de consumir la bebida energética en 6 por ciento, comparado frente a 3 por ciento con el consumo del placebo.
“Estos resultados plantean que las bebidas energética deben consumirse con cuidado, debido a los posibles riesgos para la salud”, comenta la Dra. Svatikova. “Preguntar a los pacientes si consumen bebidas energéticas debe convertirse en algo habitual para los médicos, especialmente al interpretar los signos vitales dentro de un contexto agudo”.
Otros autores del trabajo por parte de Mayo Clinic son la Dra. Naima Covassin, Kiran Somers, Krishen Somers, el Dr. Filip Soucek, el Dr. Tomas Kara y Jan Bukartyk, Magíster en Ciencias.
Fuente: BioBioChile.cl