Durante mucho tiempo la parálisis del sueño se ha asociado con la visita de fantasmas, seres de otro planeta o conexiones con personas muertas. Pero este fenómeno tiene una explicación científica. Es un trastorno sorprendentemente común que se produce durante la transición entre el sueño y la vigilia. Puede ocurrir en los momentos previos al sueño o cuando alguien se despierta.
Quien sufre de esta parálisis despierta bruscamente teniendo plena conciencia de sus pensamientos, pero manteniéndose paralizado físicamente. Y muchos aseguran que es la peor pesadilla de sus vidas. Esta disfunción cerebral le suele ocurrir a los pacientes con ansiedad, trastorno bipolar o de estrés postraumático, o depresión.
Durante la fase del movimiento ocular rápido, que es la quinta etapa del sueño y comienza aproximadamente 90 minutos después de que nos dormimos, es cuando más cantidad de sueños tenemos. Y el cerebro inhibe el movimiento de la mayoría de nuestros músculos para evitar que representemos los sueños y nos lesionemos de forma involuntaria
De ahí viene la parálisis corporal. Cuando despertamos el cerebro generalmente activa nuestros músculos, pero durante el estado de parálisis del sueño, siguen activos los neurotransmisores que bloquean los músculos durante el sueño.
Estos ataques pueden implicar sensaciones de terror, ira y de muerte inminente, ya que las alucinaciones suelen ser de carácter siniestro y malévolo. Es recurrente la visión de un ser tétrico que se sienta sobre el pecho y oprime la respiración.
Pero como nada de lo que estas personas ven, escuchan o incluso huelen, es real, este trastorno no significa ningún peligro para la vida. Lo recomendable de hacer después de sufrir uno de estos ataques es que una vez que te despiertes del todo, es aconsejable levantarse y moverse. De lo contrario, existe la posibilidad de volver a experimentar una parálisis del sueño.
Fuente: upsocl.com