El consumo de antidepresivos durante el embarazo aumentaría en 87% el riesgo de que el niño padezca autismo, según un amplio estudio realizado en Canadá y publicado este lunes en Estados Unidos.
Las conclusiones de esta investigación son importantes porque entre el 6 y el 10% de las mujeres embarazadas toman antidepresivos, destacan los investigadores que analizaron las historias clínicas de 145.456 mujeres embarazadas en la provincia de Quebec.
Su trabajo aparece en el Journal of the American Medical Association, Pediatrics. «Las diversas causas del autismo siguen siendo inciertas, pero algunos estudios han demostrado que el genético y el ambiental pueden ser factores de riesgo», explica la profesora Anick Bérard, de la Universidad de Montreal y del Centro Hospitalario Universitario Sainte-Justine, principal responsable del estudio.
«Nuestra investigación permitió establecer que el hecho de tomar antidepresivos, sobre todo aquellos que actúan sobre la serotonina (un neurotransmisor) durante el segundo y el tercer trimestre del embarazo, casi duplica el riesgo de autismo entre los niños», agregó.
La doctora Bérard y su equipo hicieron un seguimiento de 145.456 niños desde su concepción hasta lo diez años de edad, así como del consumo de antidepresivos por sus madres durante el embarazo. También contemplaron otro conjunto de factores que podrían contribuir al autismo.
Algunas personas con antecedentes familiares tienen una predisposición genética a esa enfermedad. La edad de la madre y la depresión también pueden estar vinculadas a la aparición del autismo, así como algunos factores socioeconómicos como la pobreza.
En la investigación se diagnosticaron 1.054 niños con autismo a una edad media de 4,5 años, es decir 0,72% de la muestra estudiada.
La incidencia del autismo entre los niños aumentó: pasó de 4 por cada 10.000 niños en 1966 a 100 por cada 10.000 en la actualidad.