Según un estudio publicado por la Carnegie Mellon University, la sería mucho más perjudicial que el bacon… para el medio ambiente. Al parecer, para producir este de vegetales se desprenden a la atmósfera más gases invernadero de los que se registran en la elaboración del bacon. Esta verdura es tan baja en calorías que se necesitaría ingerir dos lechugas iceberg enteras para acercarse a las que se obtienen con tan sólo comer dos lonchas de bacon ahumado.
Imagine que le ponen en una mesa una lechuga y un trozo de bacon y le preguntan cuál de los dos es peor. Sin dudarlo, responderá que el bacon: conoce la gran cantidad de grasa y calorías que aporta al organismo y no puede dejar de acordarse del colesterol. A pesar de que indica a que su respuesta ha sido la indicada, está equivocado. Lo ideal hubiese sido contestar con otra pregunta: Peor… ¿para qué?
La producción de lechuga emite más gases de efecto invernadero que la del bacon
Así, las emisiones derivadas del transporte de la lechuga en comparación con la cantidad de energía que aportan al organismo son el triple de las del bacon. Además, este vegetal es más perecedero que el bacon, por lo que es más propenso a acabar en la basura aumentando la cantidad de desperdicios alimentarios e incrementando la huella medioambiental que deja tras de sí.
“Comer lechuga es tres veces peor para las emisiones de gases de efecto invernadero que comer bacon”, afirma el profesor Paul Fischbeck, uno de los científicos que ha trabajado en el estudio. Sin embargo, otros vegetales no serían tan nocivos para la naturaleza. Entre ellos, el repollo, que sólo registra la quinta parte de las emisiones negativas provocadas por el bacon. Otra de estas verduras ‘más verdes’ –valga la redundancia– sería el brócoli, que además de ser muy beneficioso para la salud humana únicamente necesita para su producción la mitad de emisiones que el tocino.
En conjunto, la carne es más contaminante
En cuanto a la carne, la ternera y el cordero lanzan a la atmósfera más gases que el cerdo o el pollo –la ternera, incluso, emite una mayor cantidad que la lechuga–. Antony Froggatt, miembro de la Chatham House que hace poco propuso un impuesto especial para la carne que ayude a combatir el calentamiento global, afirma: “En conjunto, las emisiones que provocan la carne, las aves y los huevos son más altas que las de los vegetales, los cereales, las legumbres y el azúcar”. De esta manera, aunque es posible encontrar vegetales con cifras muy elevadas, la suma de las emisiones que provoca la carne es superior a la de las verduras.
Según los últimos datos, el sector ganadero supone el 15% del total de los gases de efecto invernadero que se lanzan al espacio, una cifra equiparable a las emisiones directas que se desprenden de los coches, los aviones, los barcos y los trenes. “Reducir el consumo de estos grupos de alimentos, algo que también está indicado para llevar una vida saludable, puede suponer una importante oportunidad para reducir la contaminación”, añade Froggatt.
Fuente: El confidencial