Es hora de actualizar las tablas periódicas de todos los institutos del mundo, se acaban de añadir cuatro elementos nuevos. El 30 de diciembre, y por primera vez desde 2011, la IUPAC (Unión Internacional de Química Pura y Aplicada) reconoció nuevos elementos el 113, 115, 117 y 118 completando así la séptima fila de la tabla periódica.
La tabla periódica está ordenada de forma que los elementos con propiedades parecidas se sitúan cerca entre sí (en filas – periodos – o grupos). Cada fila tiene un tamaño distinto: la primera tiene tan sólo dos elementos; la cuarta, 18; mientras que la sexta tienen 32 elementos. Ahora, la séptima también y eso hace que podamos encarar seriamente la búsqueda de los elementos más pesados del universo, la octava fila.
Un descubrimiento con Foto finish
Antes de fin de año, la IUPAC anunció que un equipo de investigación ruso-estadounidense del Joint Institute for Nuclear Research en Dubna y del Lawrence Livermore National Laboratory en California había conseguido acumular suficientes evidencias para atribuirse el descubrimiento de los elementos 115, 117 y 118. En cambio, el descubrimiento de elemento 113, cuyo descubrimiento estaba disputado al ser reivindicado también por el equipo ruso-americano, le fue reconocido a un equipo de científicos del Instituto Riken de Japón.
Iniciado el proceso de formalización, estos cuatro elementos llevan como nombre provisional el marcador de posición (ununtrium ,Uut o elemento 113; Ununpentium, Uup o elemento 115; ununseptium, Uus o elemento 117; y ununoctium, Uuo o elemento 118) a la espera de que sean bautizados por los equipos que lo han descubierto. Como curiosidad, el 113 será el primer elemento en ser bautizado en Asia, informó Xataka.
A por la octava fila
Kosuke Morita, director del equipo japonés, ha dejado claro que la tarea ahora es «mirar más allá del elemento 119, un espacio desconocido». No es tarea fácil. Ninguno de estos pesadísimos elementos existen en la naturaleza. Se han crear mediante procesos de fusión y solo existen por fracciones de segundo antes de desintegrarse. Completar la séptima fila, nos sitúa a las puertas de la química de lo aún más efímero.