La fascinación que despierta Pablo Escobar está viviendo una época dorada gracias a nuevas películas y series de televisión, que han conquistado al público de todo el mundo contando la vida del narcotraficante colombiano más famoso.

«Lo queramos o no, personajes como el de Escobar son cautivadores, fascinantes y únicos porque transgreden las leyes y son impredecibles», cuenta a la AFP el productor y profesor de la universidad de UCLA Tom Nunan.



pablo escobar

«Escobar es un personaje tan colorido, que es muy fácil engancharse a su historia», agrega.



Así lo demuestra «Narcos», el exitoso drama con el que Netflix apostó en 2015 para desembarcar en Latinoamérica y que el domingo compite por dos Globos de Oro a Mejor serie y Mejor actor.

El brasileño Wagner Moura («Tropa de Élite») interpreta al líder del cartel de Medellín, que puso en jaque a Colombia librando sangrientas guerras con sus enemigos de Cali y el propio gobierno para convertirse en el dueño del mercado de la cocaína.

Escobar no dudó en usar su fortuna para ayudar a los más pobres, por lo que muchos le llamaban «Robin Hood», y hasta el último momento aspiró a presidir el país.

Como símbolo de su poder -y en busca de su propia seguridad- llegó a ofrecer saldar la deuda externa del Estado.

La serie ha traspasado fronteras hasta conquistar a los 70 millones de abonados de Netflix gracias al punto de vista de la trama, relatada desde el agente de la agencia antidrogas estadounidense DEA Steve Murphy (Boyd Holbrook), que persiguió al narco hasta su muerte en 1993.

El impacto de «Narcos» viene acompañado de otras producciones de Hollywood, que también quieren saciar la curiosidad del espectador por conocer los misterios que rodean al barón de la droga.

«Cuando una estrella de cine interpreta a un personaje como éste, lo termina glorificando hasta convertirlo muchas veces en un icono pop», apunta Nunan.

Es el caso del oscarizado actor puertorriqueño Benicio del Toro, que en 2014 enfatizó la parte más familiar del capo en «Escobar: Paraíso perdido».

En 2017 se estrenarán «Mena», en la que Tom Cruise encarnará al piloto estadounidense Barry Seal que trabajó para su cartel, y «El Patrón», con el colombiano John Leguizamo.

De su lado, el matrimonio español formado por Javier Bardem y Penélope Cruz protagonizará la biografía titulada «Escobar», basada en las memorias de la periodista Virginia Vallejo, la amante preferida del capo con la que prácticamente tuvo una doble vida.

«Es realmente una casualidad (que haya todas estas producciones) porque siempre ha habido interés en Escobar», subraya Nunan.

De Pablo a El Chapo 

Pero la fiebre que están generando las películas y las series sobre el narcotraficante no ha sentado muy bien en Colombia, a pesar de haber producido en los últimos años las telenovelas «El Capo» y «Escobar, el Patrón del Mal».

Muchos critican en particular a Netflix por escoger la vida de Escobar como tema para aterrizar en Latinoamérica, en lugar de ver más allá del problema de las drogas que durante años ha estigmatizado la región.

En opinión de Omar Rincón, crítico de televisión en el diario colombiano El Tiempo, el servicio de vídeos en línea optó por esta historia como garantía de éxito porque «Pablo Escobar produce dinero aún después de muerto».

El protagonista de la serie defendió en una reciente entrevista con la AFP que «el narcotráfico es una realidad para todos los países latinoamericanos» que debe ser contada.

«La serie cuenta precisamente cómo comenzó, cómo se involucraron en esa guerra antidrogas (con Estados Unidos) y (cómo) la convirtieron en una guerra equivocada», dijo Wagner.

La fascinación por Escobar puede encontrar pronto competencia en la figura de Joaquín «El Chapo» Guzmán, el capo mexicano más importante.

La semana que viene se estrena en México «El Chapo: El escape del siglo», sobre su segunda fuga de la cárcel que terminó precisamente el viernes al ser recapturado.

En Hollywood, mientras, ya comienzan a sonar con fuerza varios proyectos para narrar su vida.

«El subgénero de los narcotraficantes no ha tenido nunca mucho éxito en la industria», asegura Nunan. «No hay riesgo de saturar al público».