De entre los aspirantes a la Casa Blanca en las elecciones estadounidenses de este año, el republicano Donald Trump va ganando la batalla del mundo virtual, por su manejo del «sentido del humor» y «la controversia», que incluso lo llevan a la categoría de «trol de las redes sociales», según los expertos.
Si la carrera hacia la Casa Blanca se librara solo en las redes sociales, el millonario sería por ahora el vencedor, acordaron los expertos en redes sociales y campañas políticas que se reunieron hoy en el Centro de Prensa Extranjera en Washington.
El tono provocador de Trump, según los especialistas, lo eleva a la categoría de «trol» que, en la jerga de internet, se entiende como el agitador que irrumpe en los debates para enfurecer a los demás participantes con opiniones exageradas o extremistas.
«Trump no sería tan poderoso como es hoy sin la amplificación de las redes sociales», expuso Mindy Finn, que trabajó en la campaña del expresidente George W. Bush y del también republicano Mitt Romney cuando fue candidato a la Presidencia en 2012.
«Lo que ha aprendido Trump es: ve a Twitter primero, siembra la controversia y deja que los medios de comunicación hablen de ti en las próximas 24 horas mientras puedes ir haciendo otras cosas», explicó la especialista.
Por, esos méritos Finn otorgó a Trump el título de «maestro de las redes sociales» de entre los 15 precandidatos que siguen en la contienda a día de hoy (tres demócratas y doce republicanos).
Pero Joe Rospars, jefe de estrategias digitales de Obama en las campañas de 2008 y 2012, fue un paso más allá de la «maestría» e identificó a Trump como un auténtico «trol» de las redes sociales.
Más allá del monstruo mitológico, el trol del siglo XXI es el que se introduce en el ciberespacio para distorsionar los debates: «De veras, está sacudiendo al partido republicano», dijo Rospars.
Bajo el título «Haciendo ruido o hablando a diferentes volúmenes: Cómo los aspirantes a la Presidencia de Estados Unidos están utilizando los medios sociales», los expertos desgranaron las estrategias de cada uno de los candidatos.
El sentido del humor es importante, según ambos expertos, por el enfoque de «entretenimiento» que tienen las redes sociales, que hacen la política «menos aburrida» para el público desencantado.
Según Finn, la distensión de las redes sociales puede salvar a los políticos de los «deslices», ya que al «humanizar» a un candidato, «somos más proclives a perdonar o pasar por alto» sus defectos.
Así, los seguidores de Twitter de Trump pueden aceptar sus opiniones contra los inmigrantes a pesar de que no las suscriban, con la asunción de que el magnate está siendo «espontáneo».
Candidatos como el gobernador de Florida Jeb Bus pagan caros sus deslices por no cultivar la «faceta humana», pero a cambio, con tuits comprometidos sobre Irak o sobre la igualdad de las mujeres consiguen mayor implicación de sus seguidores.
Para Rospars, tanto Trump como Bush son «supercalculadores, solo que con matemáticas distintas»: mientras que el primero busca ser «el candidato humano», el segundo se presenta como «el candidato sólido y confiable».
La debilidad de una campaña de tan amplio espectro como la de Trump es, si «movilizará a la hora de votar», el indicador que medirá la «eficiencia» de su campaña, señaló Rospars.
Respecto a los otros candidatos, Finn valoró positivamente el «esfuerzo de aprendizaje» del senador republicano de Texas Ted Cruz con el lanzamiento de una aplicación móvil que funciona como un juego, para dar a conocer su candidatura y promover las donaciones.
En el lado demócrata, el más talentoso en redes sociales, según los expertos, es el senador por Vermont Bernie Sanders, que ha mantenido un perfil reivindicativo y cuyo impacto «no deja de sorprender», mientras que de la favorita, Hillary Clinton, se limitaron a decir que su estrategia en redes sociales es buena. EFE