Caracas, Venezuela. La cesta petrolera venezolana de crudo y derivados cayó 11,2% y cerró esta semana en 21,63 dólares por barril, su menor valor en 14 años, según datos oficiales divulgados el viernes.
«Los precios de los crudos siguieron afectados por la amplia disponibilidad de suministros y las señales de desaceleración de la actividad económica en China», explicó el Ministerio de Petrólero y Minoría en un reporte.
La cotización de esta semana es la más baja desde marzo de 2002, cuando promedió 20,82 dólares, de acuerdo con la estatal Administración de Información Energética de Estados Unidos (EIA, por sus siglas en inglés).
La caída sostenida del petróleo ha agravado la crisis económica de Venezuela, que obtiene el 96% de sus divisas del crudo, ante lo cual el presidente socialista Nicolás Maduro propuso a los miembros de la OPEP una reunión extraordinaria en febrero para intentar detener el desplome.
Asimismo, este viernes Maduro dialogó por teléfono con su homólogo ruso, Vladimir Putin, con quien según dijo acordó trabajar en estrategias comunes para enfrentar la situación del mercado de hidrocarburos.
El país caribeño, que cuenta con las mayores reservas petroleras del mundo, registró una inflación de 108,7% y una contracción del PIB de 4,5% entre enero y septiembre de 2015 (oficial), así como un déficit fiscal cercano a 20% para el año pasado y una escasez superior a dos tercios de los rubros básicos.
Debido a ello, el gobierno declaró hace una semana la emergencia económica, pero el Parlamento de mayoría opositora no aprobó la medida, alegando que su contenido responde a un modelo «fracasado» que no resolverá los problemas.
Maduro elaboró el presupuesto de 2016 proyectando la cotización del petróleo en 40 dólares por barril, lo que implica una reducción de un tercio frente a la planificación de gastos de 2015, cuando se fijó el crudo en 60 dólares por barril.
El mandatario socialista ha hecho un intenso cabildeo con las monarquías del golfo Pérsico, China, Rusia y otros productores como México, buscando recortar la producción parar aliviar la sobreoferta. Pero ha chocado con los intereses de la poderosa Arabia Saudí en la OPEP, que defiende su cuota de mercado.
