Los científicos estiman que hay un vínculo «altamente probable» entre el zika y las microcefalias constatadas en Brasil y la Polinesia francesa, pero hay muchos interrogantes sobre la manera en que el virus afecta al feto de las embarazadas.
¿Es el zika responsable del importante incremento de microcefalias en los recién nacidos observado en Brasil?
«El vínculo entre el zika y la microcefalia es probable, pero por el momento no ha sido probado en el sentido científico del término», resume el profesor Jean-François Delfraissy, director del Instituto Nacional de Salud e Investigación Médica de Francia (Inserm).
Lo que hay que saber sobre el virus del Zika
Los investigadores mencionan un vínculo de causa efecto, por un lado, a causa del alza significativa de casos de microcefalia en la zona de endemia del zika y, por otro, a causa de la presencia del virus detectado en abortos de mujeres que viven en la zona de endemia y cuyo feto presentaba una microcefalia.
«Hasta ahora, no se tenía ninguna información sobre el posible papel del zika como agente causante de malformaciones. No nos lo esperábamos, porque es un virus cercano a enfermedades conocidas como el dengue o la fiebre amarilla, que plantean problemas de salud sin por ello causar malformaciones», explica André Cabié, jefe del servicio de Enfermedades Infecciosas y Tropicales de la isla de Martinica, en las Antillas francesas.
¿Qué se sabe de la manera en que actúa el zika sobre el feto? ¿Existe un tratamiento?
«Se sabe de manera general que infecciones virales pueden provocar malformaciones, sobre todo cuando ocurren en el primer trimestre del embarazo en momentos en que se forman los órganos vitales», explica Cabié.
La rubéola, el citomegalovirus o la toxoplasmosis hace tiempo que están catalogadas como causa de malformaciones en los fetos.
«Los virus atraviesan la placenta, se localizan en el feto, a veces a nivel de ciertas células cerebrales», agrega Delfraissy.
Para comprender la infección de los fetos por el zika, se está estudiando de manera retrospectiva en la Polinesia francesa la epidemia que concluyó en 2014. En Martinica, donde se sigue propagando la enfermedad, se organizó un grupo de seguimiento de mujeres embarazadas para establecer la relación entre el zika y la microcefalia.
La dificultad radica en que la infección es fundamentalmente asintomática. Una mujer encinta tal vez pueda estar afectada sin saberlo. Hay además casos de mujeres embarazadas afectadas por el zika cuyo hijo no presenta microcefalia.
¿Por qué el virus actúa sólo en ciertas mujeres? ¿Existen factores de riesgo? ¿Enfermedades asociadas? Se trata de preguntas que de momento los investigadores no saben contestar. Por otra parte, la medicina carece hoy en día de tratamiento y de herramientas de diagnóstico fiables.
¿Qué es una microcefalia?
«La microcefalia es una disminución del tamaño del encéfalo con relación a la edad (de gestación o al nacer) y por lo tanto del perímetro craneano (…) con mayor o menor cantidad de lesiones cerebrales», explica Delfraissy.
Las causas son múltiples: infecciosas, virales, tóxicas o causadas por una placenta mal irrigada o por causas genéticas desconocidas.
¿Cuáles son las consecuencias para el niño?
«En los casos de malformaciones graves, no son compatibles con una vida prolongada. Si el cerebro no se desarrolla, el cuerpo no puede funcionar. En la Polinesia, estas malformaciones condujeron a interrupciones voluntarias del embarazo porque los recién nacidos no hubiesen sobrevivido más de unos pocos días», señala Cabié.
«El primer resultado puede ser la muerte in utero a causa de la severidad del daño cerebral», explica Delfraissy. «Para los niños que nacen con una microcefalia, el pronóstico es variable: el bebé puede convertirse en discapacitado cerebral con una variedad de niveles de gravedad en el plano de la motricidad y el déficit cognitivo».
Otros niños que presentan ciertas zonas del cerebro que no están afectadas, se desarrollarán «un poco mejor en el plano de la motricidad pero menos bien en el plano psicomotor».
Aún en el caso de casos menos graves, el pronóstico a nivel funcional y psicomotor «sigue siendo relativamente severo».