«El mosquito mata a más personas que cualquier otro animal sobre la tierra», le dijo esta semana el Dr. Tom Frieden, director del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades, al Dr. Sanjay Gupta de CNN.
«¿Existe alguna característica buena? Bueno, ellos en realidad sirven de alimento para las aves y para otros insectos, pero creo que el mundo estaría mucho mejor sin ellos».
De hecho, los mosquitos pueden propagar enfermedades tales como malaria, fiebre amarilla, dengue y el virus del Zika. Incluso los que no transportan enfermedades, zumban en los oídos y amenazan la diversión de todos cuando se encuentran en el exterior.
En realidad, ¿por qué simplemente no los matamos a todos?
Resulta que esa solución es materia para ciencia ficción.
Aparte de los impactos potenciales en el ecosistema que ocurren cuando una especia desaparece, «es absolutamente imposible matar a todos los mosquitos; simplemente no va a suceder», dice Roger S. Nasci, director ejecutivo de North Shore Mosquito Abatement District, un programa público de control de mosquitos fuera de Chicago.
«Hasta el de hoy, nadie en el campo científico tiene alguna ilusión de ser capaz de erradicar al mosquito».
La realidad es que sin importar cuán grandes sean los esfuerzos para matar mosquitos que las ciudades y países desaten sobre las pestes, «siempre habrá una población remanente en algún lugar que se encargará de repoblar», dijo Nasci.
Ya se ha intentado antes
En un pasado no muy lejano, existían nociones de la erradicación del mosquito, pero la historia rápidamente nos enseñó lo contrario.
Nasci apunta hacia la hercúlea tarea que América Latina llevó a cabo en las décadas de 1950 y 1960 para erradicar el Aedes aegypti, el mosquito que transmite la fiebre amarilla y también del dengue, la chikunguña y el zika.
La Organización Panamericana de la Salud puso en marcha todas las medidas más eficaces –fumigación con insecticidas como el DDT y desechar los recipientes de agua estancada– a una escala masiva.
Pero después de que se detuvieron los esfuerzos, los mosquitos regresaron zumbando de inmediato, posiblemente pidiendo un aventón en embarcaciones marítimas desde Asia y África.
Estados Unidos probablemente se vería obligado a lograr el mismo éxito si usara la estrategia de Latinoamérica para acabar con las poblaciones de mosquitos.
Para empezar, en 1972, la Agencia de Protección del Medio Ambiente prohibió el uso del DDT, aunque sigue siendo el mejor pesticida para matar a los mosquitos, debido a sus devastadores efectos ambientales y los posibles riesgos para la salud humana. También está el desafío de que los mosquitos desarrollen resistencia al DDT y a otros agentes tales como la piretrina, lo que limita su eficacia.
La mejor esperanza es limitar el número de mosquitos en un área para reducir el riesgo de transmisión de enfermedades, dijo Nasci. Existen herramientas eficaces para hacerlo.
Nasci y su programa recurren a ellas cuando los datos de vigilancia muestran que la cantidad de mosquitos portadores del virus del Nilo Occidental –la principal enfermedad provocada por mosquitos en su área, transmitida por los mosquitos Culex– está aumentando. Su equipo también se pone en acción cuando un residente harto no puede disfrutar de su terraza debido a todos los mordedores en el patio trasero.
El futuro del control del mosquito
Las buenas noticias son que las herramientas utilizadas para controlar las poblaciones de mosquitos causan menos estragos en el medio ambiente que en los días del DDT… y al menos, hasta el momento, no se han asociado con la resistencia en los mosquitos.
Un método consiste en fumigar con una fórmula de bacterias alrededor de los hábitats de los mosquitos. Los mosquitos se comen las bacterias, que luego los matan solamente a ellos (y a los insectos relacionados) mediante la destrucción de la mucosa de sus entrañas.
Otra estrategia podría ser el desarrollo de herramientas que solo maten a las pocas especies de mosquitos que transmiten enfermedades a personas y animales y que perdonen a las especies restantes –aproximadamente 3.000– que no hacen ningún daño, dijo Laura Harrington, profesora y directora de entomología en la Universidad de Cornell.
Este plan incluiría el uso de mosquitos genéticamente modificados. Podría tomar varias formas, pero una sería criar mosquitos machos que contengan un gen tóxico para su descendencia.
Estos machos modificados serían liberados en el medio natural para que se aparearan con las hembras, pero sus larvas bebés morirían rápidamente. Estudios que prueban el efecto de las emisiones en Brasil y en las Islas Caimán han encontrado un 80% de disminución en los niveles de Aedes aegypti. Harrington también está desarrollando machos genéticamente modificados que matarían con eficacia a todas las hembras con las que ellos se aparean.
Las desventajas de este método son que los mosquitos modificados genéticamente podrían ser costosos, y que probablemente tendrían que ser puestos en libertad al menos una vez al año para mantener las poblaciones bajo control, dijo Harrington. Es probable que todavía falten años antes de que estas amenazas genéticamente modificadas para aparearse estén preparadas para formar parte del armamento de las herramientas de control de mosquitos, añadió.
Aprender a vivir con los mosquitos
Mientras tanto, es importante recordar que «los mosquitos pueden jugar un papel muy importante en el ecosistema», dijo Harrington. Son particularmente clave en sus estados larvarios en los que, tan solo a causa de su gran masa, son las principales fuentes de alimento para los depredadores acuáticos. «Si retiras todas las larvas de mosquitos en los Everglades, probablemente harías un impacto enorme», dijo Harrington.
Por su parte, Nasci dijo que su equipo no ve un «colapso ecológico sistemático» cuando lleva a cabo el control de mosquitos en el área de Chicago, lo que él esperaría ver si los insectos jugaran un papel de acoplamiento en la cadena alimenticia.
El hecho de que no pareciera que los mosquitos que fueran a ir a ningún lado a corto plazo, no significa que hay que resignarse a sus picaduras y a su zumbido.
Hay varias maneras de mantener a raya a los mosquitos. En el nivel más básico, asegúrate de no tener charcos de agua estancada, como en macetas, comederos de aves o alrededor de tu casa, y que los cedazos en tus ventanas estén en buenas condiciones.
Si te encuentras en el exterior y los insectos realmente son una molestia, puedes usar repelente de insectos y una camisa de manga larga, dijo Nasci.
También puede ser una buena idea mantenerte enterado de cualquier informe de aumentos en el nivel de mosquitos que transmitan enfermedades en tu área, tal como el virus del Nilo Occidental. Muchas agencias de salud pública locales cuentan con programas de supervisión, dijo Nasci.
Incluso si se desarrollan mejores medidas de control de mosquitos –y quizás un día hay mosquitos genéticamente modificados–, aún así será importante mezclar enfoques, dijo Harrington.
Incluso si los niveles de Aedes aegypti se pueden reducir temporalmente, las personas todavía deberían tomar precauciones personales, como el uso de repelente. Además, los expertos necesitan trabajar en el desarrollo de medicamentos antivirales y vacunas contra las enfermedades que esa clasificación de especies de mosquitos transmiten.
Fuente: https://cnnespanol.cnn.com