Ciudad del Vaticano, Santa Sede. El papa Francisco cumplió este miércoles en el Vaticano el deseo de la pequeña Lizzy, una estadounidense de 6 años, quien está por quedar ciega debido a una enfermedad genética.

Acompañada por sus padres y su hermana pequeña, Lizzy, que estaba sentada en las primeras filas de la plaza de San Pedro, pudo hablar y abrazar al pontífice, un pedido que hizo antes de que pierda definitivamente la vista.



El papa Francisco bendijo los ojos de la niña, le acarició la cara. AFP

El papa Francisco bendijo los ojos de la niña, le acarició la cara. AFP

Francisco bendijo los ojos de la niña, le acarició la cara y le regaló un rosario, en un encuentro muy emotivo.

Elizabeth Myers, llamada Lizzy, vive en Belleville, Ohio, y sufre el síndrome de Usher, un trastorno genético poco común que combina la pérdida auditiva parcial al nacer y la pérdida gradual de la visión en la infancia.



Una compañía aérea turca ofreció cuatro pasajes para la familia, que decidió venir a Roma para conocer al pontífice argentino.

La niña quedó sorprendida por la personalidad del papa, tan sincera y cariñosa con los niños.

Los padres de la niña decidieron aprovechar la visita a Italia para mostrarle importantes obras de arte así como monumentos históricos de manera que queden grabados en su memoria.