París, Francia. Un implante que interpreta los impulsos cerebrales y los transmite a los músculos permitió por primera vez a un tetrapléjico recuperar funciones motrices complejas de la mano, anunció un estudio en Nature.

El puente electrónico permite reconectar el cerebro de un paciente con lesión de médula espinal directamente con los músculos, permitiendo el control voluntario de movimientos con la mente.



Implante cerebro

«Por primera vez, un paciente tretrapléjico es capaz de mejorar el nivel de sus funciones motrices y movimientos de la mano», explicó Ali Rezai, coautor del estudio y neurocirujano del Centro Médico Wexner de la Universidad de Ohio.



El dispositivo, denominado NeuroLife, fue inventado en el instituto privado de ciencia aplicada Battelle junto a neurólogos de la Universidad de Ohio, que escogieron al paciente y le implantaron un circuito de computadura en el cerebro.

Ian Burkhart, de 24 años, que perdió hace seis años las funciones motrices en los cuatro miembros tras un accidente de tránsito, se prestó para la prueba.

En 2014, gracias a la misma tecnología, Burkhart había sido capaz de abrir y cerra la mano simplemente pensando en ese acto.

Ahora puede realizar movimientos más sofisticados con sus manos y dedos, como coger una cucharita o tomar un teléfono y llevarlo al oído, movimientos que antes le estaban vedados y que ahora mejoran significativamente su calidad de vida.

«Es asombroso ver lo que ha logrado hacer», comenta Nick Annetta, ingeniera electrónica del equipo de Battelle. «Ian puede tomar una botella, verter su contenido en un frasco y volver a dejar la botella donde estaba. Mantiene el control de cada uno de esos pasos».

 Mejor calidad de vida 

Esta nueva tecnología utiliza algoritmos que interpretan la actividad cerebral y la transmiten a una especie de manga que cubre el antebrazo y permite estimular con alta definición los músculos del miembro paralizado.

El equipo de Battelle trabajaba desde hace diez años para desarrollar esta tecnología y desde hace cuatro junto a neurólogos de la Universidad de Ohio para validar su uso en pacientes paralíticos.

«En 30 años que llevo en este campo, es la primera vez que podemos ofrecer esperanzas realistas a gente muy discapacitada», dijo Jerry Mysiw, que preside el departamento de Física Médica y rehabilitación de Ohio. «Lo que estamos buscando es ayudar a esta gente a retomar más control de sus cuerpos».

En una operación quirúrgica de tres horas realizada en abril de 2014, Rezai implantó un circuito de computadora del tamaño de una arveja en la corteza cerebral de Murkhart.

«Durante la última década, hemos aprendido a descifrar los impulsos cerebrales en pacientes totalmente paralizados y ahora por primera vez esos pensamientos se convierten en movimiento», dijo Chad Bouton, otro de los coautores del estudio. «Las señales registradas en el cerebro pueden ser redireccionadas salteándose la lesión de la médula y permitiendo restaurar el movimiento funcional, incluso a nivel individual de cada dedo».

Rezai y su equipo consideran que esta nueva tecnología es capaz de ayudar a ser más independientes y funcionales a pacientes afectados con lesiones cerebrales o de la médula, como derrames cerebrales o heridas cerebrales traumáticas.

«Esperamos que esta tecnología permitirá desarrollar en el futuro un sistema inalámbrico capaz de conectar señales y pensamientos al mundo exterior para mejorar las funciones y la calidad de vida de los discapacitados», dijo Rezai. «Uno de nuestros principales objetivos es que los pacientes puedan usarla en casa».

Burkhart dice que haber participado en los experimentos le dio esperanzas para el futuro. «Siempre tuve ciertas esperanzas –dijo– pero ahora sé que la ciencia y la tecnología lograrán avances que van a mejorar mi vida».