Francia. Seis meses después de los atentados del 13 de noviembre en París, la baja tasa de ocupación hotelera, los restaurantes semivacíos y las tiendas con pocos clientes muestran que los turistas aún no han vuelto a la ciudad.
La hostelería parisina sigue sin levantar cabeza, golpeada en enero de 2015 por los ataques contra la revista satírica Charlie Hebdo y un supermercado judío y en noviembre por el atentado contra la sala de conciertos Bataclan y otros lugares de esparcimiento.
Abril «fue el peor mes» desde los ataques de noviembre, afirmó la consultora MKG, especializada en el sector.
Hay «un desinterés de la clientela que venía por placer y de los extranjeros, que prefieren el sur de Europa, además de un tema de calendario por el desfase de las vacaciones escolares», explicó a la AFP Vanguelis Panayotis, director de desarrollo de MKG.
En abril, la tasa de ocupación hotelera cedió 11 puntos, a 70,4% en comparación con el 81,4% de hace un año. Para compensar, los hoteles bajaron sus precios y al final su facturación registró una caída del 19,6%, según el indicador RevPar, que mide el rendimiento financiero de un hotel.
«Hace por lo menos 15 años que no habíamos tenido una caída tan marcada en París», aseguró Panayotis.
Philippe Gauguier, de la consultora In Extenso, señaló que la ola de atentados de Bruselas en marzo también impactó negativamente en Francia.
Philippe Leboeuf, director del hotel de lujo Mandarin Oriental, reconoció que «las tasas de ocupación desde comienzos de 2016 han sido más débiles de lo habitual (49% en enero y 40% en abril)», incluso teniendo en cuenta que estos meses son habitualmente flojos.
Y se mostró poco optimista respecto a las próximas semanas.
«La clientela de turismo del extranjero no viene, especialmente los japoneses y los chinos», agregó el ejecutivo, que ha multiplicado sus giras para promocionar a París.
Según un estudio de la firma especializada ForwardKeys, publicado en marzo, las reservas de visitantes extranjeros han registrado una baja de 22% con respecto a 2015.
La directora del hotel Meurice, Franka Holtmann, reconoció ese establecimiento de cinco estrellas no ha logrado recuperar hasta ahora la clientela de particulares que viajan por placer.
«Cuando pueden elegir, prefieren Londres o Roma», indica.
Sin vida nocturna
El sector espera una recuperación durante la Eurocopa, que se celebrará en Francia a partir del 10 de junio.
Pero «las reservaciones siguen siendo tímidas», constata Panayotis.
La clientela en los restaurantes también ha bajado, sobre todo de noche.
«Los clientes son menos y a partir de las diez de la noche París se convierte en una ciudad fantasma», lamenta Roland Héguy, presidente de la Unión de Oficios e Industrias de la Hotelería (UMIH).
Las tiendas de lujo también han acusado el golpe, sobre todo por la baja afluencia de clientes asiáticos. El grupo LVMH registró un estancamiento de las ventas de marroquinería.
En los grandes almacenes del bulevar Haussmann también se nota el efecto. Ni Galeries Lafayette ni la cadena Printemps quisieron hacer declaraciones al respecto, pero una fuente del sector señaló que las ventas no han vuelto hasta ahora al nivel de antes de los atentados de noviembre.
«Los clientes extranjeros, como los japoneses, que son los principales compradores en los grandes almacenes, no han regresado», señaló la fuente, apuntando que la clientela francesa, golpeada por la crisis económica, no ha compensado la caída.
En el sector del espectáculo, los conciertos han logrado llenar el aforo, tras un breve periodo de caída, pero el teatro ha registrado una baja, sobre todo por la caída de los obras dirigidas a un público joven, debido a la reducción de las excursiones escolares.
El Museo de Orsay ha registrado una caída de los visitantes de un 8% desde principios de 2016, pese al éxito de la exposición del Aduanero Rousseau. El Louvre, sin dar cifras, afirmó que la afluencia «empezó a subir tras el fin de semana de Pascua», pero sigue por debajo de las cifras habituales.
