En medio de una noche agitada y una sesión maratónica en la que el Senado de Brasil debatía si aprobar o no el juicio político a Dilma Rousseff, los periodistas buscaban alguna declaración de los legisladores.
Típico en esto casos los micrófonos rodearon y acosaron al senador Renan Calheiros, cuyo rostro quedó en primer plano de las cámaras de TV que trasmitían.
Y las preguntas comenzaron a llover. Entre tanto responder, así si más, un diente del presidente de la Cámara cae casi en cámara lenta de su boca. Pero impasible, el senador siguió hablando como si nada.
No es fácil hablar tanto…
Fuente iprofesional.com