El siguiente artículo lo escribió el periodista Salvador Holguín:
Hoy es un día en el que todos deberíamos estar felicitando a los líderes del sistema de partidos políticos dominicanos por el proceso de las elecciones del 15 de mayo, el cual debió ser una celebración por la muestra de civismo de la gente al acudir a votar en orden y por la transparencia de la Junta Central Electoral en el montaje de las mismas, pero lamentablemente se ha convertido en todo lo contrario, la sangre ha corrido a borbotones en todo el territorio nacional, por los enfrentamientos entre ciudadanos de la oposición que exigen su derecho de que le cuenten los votos y los del partido de gobierno que se resisten a contarlos, lejos de galas por la “cita democrática”. De las raíces del pueblo brota indignación e impotencia, no solo de los perdedores que han llamado a protestas por el fraude colosal que según ellos le hicieron, sino también los ganadores que no están de acuerdo con este espectáculo de mal gusto. Qué vergüenza sentimos todos de los organizadores de la que estaba llamada a ser una “gran fiesta de la democracia”, que lejos de eso se constituyó en el desastre electoral más grande de los últimos años en la República Dominicana, muchos muertos, personas heridas, perseguidas y secuestradas.
La JCE actuó como entidad autoritaria no de ente conciliador entre los actores participantes, que era el rol al que estaba llamada a jugar, no de juez y parte, parcializado de una forma muy descarada ante los ojos de todos los dominicanos y dominicanas que fue como se comportó. Sin duda es un certamen electoral decepcionante, plagado de denuncias y de irregularidades, vimos que en esta organización desde días antes de las votaciones, hubo muchos reclamos que le entraron por un oído y salieron por el otro al presidente del órgano, Roberto Rosario Márquez, que lejos de arbitrar se comporto como un dictador medalaganario y sobre todo buscando bajaderos ilegales para violentar los procedimientos establecidos en la Ley 275-97 que rige esa institución. Si esto fuera un país que funcionara de manera institucional de respeto a la Constitución y sus leyes este señor hubiese tenido que renunciar y designarían ahí s un ciudadano comprometido con la transparencia, la ética y de condiciones morales de alta estirpe, que a juzgar por su comportamiento este no tiene…
Roberto Rosario engañó al país con los escáneres, quiso lucírsela ante todo el mundo exhibiendo resultados expeditos sin observar las advertencias realizadas por los participantes de la contienda y observadores imparciales que advertimos de lo que se tramaba para cambiar la voluntad popular de los concurrentes, prestándose a cosas que ni cuando Trujillo o los doce años de Balaguer se vieron, pero la fiebre era tal que prefirió hacerlo a su propia manera, y como si fuéramos niños con ropa nueva caímos en sus garras adornando todo su accionar para darnos el “palo asechado”, aunque no fue tan así porque dio indicios muy claros de lo que venía…
Todo absolutamente todo se denunció previamente, la falla de los equipos, la manipulación de la que podían ser objeto, la falta de preparación de miembros de los colegios para manejar esos dispositivos y la obligatoriedad del conteo manual, el levantamiento de las actas y la verificación de cada voto a la vista de los miembros de los partidos en consonancia con la Ley Electoral, en sus artículos 116 y siguientes de acuerdos y actas. “Todas las actuaciones que se realicen en cada colegio electoral se consignarán en un acta, que será firmada por todos los miembros del mismo y el secretario, así como por los representantes, titulares o sustitutos, de agrupaciones o partidos políticos que hubieren tomado parte en tales actuaciones, si desearen hacerlo”. Pero Roberto Rosario no escuchó y solo tenía como meta presentar resultados rápidos a cualquier costa y nos preguntamos ¿por qué? aún teniendo personas dentro de los centros electorales por la extensión del plazo hasta las 7 de la tarde para sufragar, dando datos preliminares a las 7:05 pm, y yo digo; ¿cómo fue eso posible sin violentar el procedimiento de escrutinio?, pero todo tiene una justificación y siempre hay que encontrar un culpable, ¿verdad que si señor Trujillo Márquez? usted mismo anunció el día de las elecciones que habían renunciado 3 mil técnicos que manejarían sus lujosos e infalibles escáneres, pero era tarde, el plan ideado, organizado, dirigido y concebido por él ya estaba consumado, aunque una gran parte del país no lo sabía.
El presidente de la JCE violentó las leyes y la constitución dominicana, seamos responsables, entienda que ocurrieron hechos imposibles de ocultar, nadie quiso que las elecciones transcurrieran así, el único responsable es usted, se cometieron graves errores que han dado al traste con la insubordinación social que amenaza nuestro estado de paz. Admita que ha dejado al país lejos de una celebración a orillas de un abismo de incertidumbre, caos y desobediencia civil, eso no se puede ocultar, en vez de traer tranquilidad su actuación en estos comicios ha dejado un sabor amargo, que los dominicanos no probaban desde 1994 cuando le hicieron lo mismo al Dr. José Francisco Peña Gómez, ha logrado empañar la victoria de los que han ganado en buena lid en los corazones de los quisqueyanos. Lamentablemente nuestro país está acostumbrado a que los dirigentes hagan su dictamen sin importar el mandato de las leyes.
La patria no está de acuerdo con su accionar, actitud y comportamiento, aunque es costumbre que nuestras autoridades, políticos, militares, jueces, procuradores, fiscales y gobernantes actúen de espaldas a las leyes en violación a todos los procedimientos legales y no ocurre nada, debe estar usted tranquilo como siempre la impunidad gravitara en el accionar de los que están llamados a predicar con el ejemplo, no harán nada para cambiar esto y el tiempo conjuntamente con nuestra debilidad democrática se encargaran de echar agua a estos conatos de incendio social, podrá ir calmoso a su casa cuando las estructuras que usted representa lo decidan, que ninguna entidad establecida de conformidad con la Ley le cuestionará y mucho menos lo procesara.
De lo que usted si puede estar seguro es que las páginas de la historia en las cuales seguramente estará le reseñaran como el presidente de la Junta Central Electoral que más rápido dio resultados en un proceso ilegitimo, con el cual ha causado trauma irreparable a la sociedad dominicana, cargado de denuncias, violador del estado de derecho, que provocó la muerte a muchos ciudadanos y sobre todo de espalda al sentir nacional. Le digo y le repito, el pueblo dominicano ha comenzado a despertar del sueño causado por la debilitada democracia, y pudiera levantarse un día y decidir hacer justicia por sus propias manos, es ahí donde individuos como usted nos han querido llevar.