Cleveland, Estados Unidos. Dos partidos, dos derrotas y mucha preocupación cargan los Cleveland Cavaliers de LeBron James, que vuelven con el agua al cuello a su casa para los siguientes dos partidos de la final de la NBA el miércoles y viernes, respectivamente.
Luego de dos asombrosas actuaciones de los Golden State Warriors -los campeones vigentes de la NBA-, los Cavaliers se encuentran casi contra la pared para la revancha en el estado de Ohio (noreste de Estados Unidos).
Con los astros Klay Tompson y Stephen Curry -el MVP (jugador más valioso) por segundo año seguido de la temporada regular- algo por debajo de su nivel usual, los Warriors debieron apoyarse en el alero Draymond Green para aplastar el domingo a los Cavaliers con paliza 110-77 y poner la final 2-0 a su favor.
Green se convirtió en héroe del partido jugado en el Oracle Arena, en Oakland, al terminar con 28 puntos, siete rebotes y cinco asistencias.
No obstante, Curry -con 18 tantos y nueve capturas- y Thompson -17 tantos- secundaron a Green.
Los Cavaliers se cuidaron mucho en esos dos partidos del accionar de Curry y Thompson. Sin embargo, el daño considerable estuvo en el segundo duelo.
En el primer partido la diferencia del marcador fue considerable (104-89), lo cual sumado generó preocupación en la dirección de los Cavaliers, campeones de la Conferencia Este de la NBA.
Este domingo fue Green y en el primer encuentro Shawn Livinston, con 20 puntos saliendo de la banca, mientras que Andre Iguodala se destacó en ambos partidos.
En fin, Golden State -campeón de la Conferencia Oeste- ha jugado mucho más como un equipo y demostró supremacía clara.
«Estamos en una posición fabulosa donde todos juegan en su mejor momento», señaló Curry.
Según agregó el astro, «hemos hecho lo que se esperaba de nosotros, es decir, ganar nuestros dos partidos en casa, para seguir jugando y estar lo más centrado posible y no olvidarnos de dónde venimos».
Los Cavaliers preocupados
Los Cavaliers están preocupados y no es para menos.
Con una brecha acumulada de 48 puntos en dos partidos, los Warriors han registrado un nuevo récord esta temporada, mientras que Cleveland carga con la obligación de una hazaña más que difícil, pues sólo tres equipos (Boston-1969, Portland-1977 y Miami-2006) han logrado reponerse después de perder los dos primeros partidos de la decisión.
LeBron James, que juega su sexta final consecutiva y fue dos veces campeón de la NBA con los Miami Heat, no puede echarse el equipo al hombro y sacarlo adelante él solo, sino que precisa de ayuda.
«No estoy decepcionado o frustrado, sólo tenemos que jugar mejor porque nos dominaron en todos los aspectos del juego, en ataque, defensa, mental y físicamente. Fueron mejores que nosotros, eso es todo», analizó.
Para LeBron «todavía estamos aqui. Tenemos una chance de dar vuelta la serie. Tenemos que ver de que forma podemos ser mejores».
LeBron seguirá en su empeño de buscar por todo los medios darle un título a Cleveland, que no ha tenido un campeón del deporte profesional estadounidense en medio siglo, desde que los entonces Browns ganaron el campeonato profesional de football americano (NFL) en 1964.
Los «Guerreros» ya están a mitad de camino para su segundo título consecutivo.
Para llegar tuvieron que despachar a los Oklahoma City Thunder en un desquite de siete juegos. De su lado, los Cavaliers habían impresionado mucho al superar sus tres series: las dos primeras (Detroit y Atlanta) por barrida y luego 4-2 a Toronto.
El partido de este miércoles será crucial para Cleveland, luego de haber perrdido sus últimos siete choques con Golden State.
«Nosotros no estamos preocupados por ellos. Tenemos que ser más fuertes. Eso es lo principal. Tenemos que jugar con mejor desempeño físico y vivir con los resultados», aseguró Tyronn Lue, el entrenador de Cleveland.