Por Robinson  Gálvez Lay

Durante muchos años hemos estado escuchando sobre la muerte de Francisco Alberto Caamaño Deñó, ex presidente de la República y Héroe Nacional en armas contra la invasión militar del Gobierno norteamericano en 1965.



Francisco Alberto Caamaño

Caamaño fue asesinado en 1973, en las montañas, lo que ha sido motivo de debates desde la época hasta la fecha, Gobiernos van y Gobiernos vienen  y continuaban tejiéndose las especulaciones respecto al tema, sin tener  resultados.



No hay dudas de que con la muerte del coronel Caamaño Deñó, a sus 40 años de edad, desapareció una de las figuras más importantes de la historia dominicana del siglo XX, por demás ex presidente de la República.

Es importante mencionar a sus compañeros de armas, cuyos cuerpos también fueron hallados junto al suyo; Heberto Lalane José y Alfredo Pérez Vargas, aunque las FF.AA. informaron que tanto ellos, como el Héroe Nacional habían muerto en combate.

A propósito de la muerte de Ramón Emilio Jiménez (Milo), ha llamado mucho la atención que el periodista Guillermo Gómez dijera el domingo, en su programa dominical Aeromundo, que quien fusiló a Caamaño no fue Milo Jiménez, (Secretario de Estado de las Fuerzas Armadas al momento del hecho), sino el general Héctor García Tejeda.

A decir de don Guillermo Gómez, el general García Tejeda era el encargado de los cazadores de las montañas y que cuando Caamaño fue herido, García Tejeda se apersonó al lugar, cuando Caamaño, estando herido,  lo ve y le pregunta ¿Es a tí que te toca?, yo haría lo mismo, inmediatamente el general le responde, Francis ¿tienes algo que decir? Y es cuando Caamaño dice “Viva Santo Domingo Libre”.

Cuando digo que llama mucho la atención, es porque inmediatamente muere Milo, empezaron las acusaciones de diferentes sectores, tanto de comunicadores de diferentes medios, como intelectuales, políticos, historiadores, etc., de que “ese era el responsable de la muerte de Caamaño”. Por cierto, justamente a escasas horas después de su muerte. ¿Tenían miedo de hablar antes?

Yo pregunto. ¿El veterano periodista tergiversa la información o está diciendo la realidad de la misma? Mi llamado a que respondan los intelectuales, historiadores, profesores, políticos, politólogos, comunicadores y demás sectores de nuestra sociedad.

Me encontré con el testimonio de don Claudio Caamaño Grullón, también combatiente junto a su primo hermano Francisco Alberto Caamaño y quien presidía la Fundación Caamaño, hasta el momento de su muerte 22 de marzo de 2016, hecho el jueves 13 de diciembre de 2012 y el cual comparto con ustedes.

“Conocí al capitán Almonte Castro que custodió a Caamaño herido y prisionero durante 6 horas, hasta su asesinato; y de los múltiples datos en muchas reuniones con él surgieron los generales Raúl Almonte Lluberes, quien captura a Caamaño y con el que tengo una excelente amistad; Carlos Castillo Pimentel que se niega a cumplir la orden del almirante Jiménez Reyes de  asesinar a Caamaño;  Héctor García Tejeda sustituye a Castillo Pimentel y organiza y dirige el asesinato. Con los nuevos datos, Domínguez Fernández y yo hicimos múltiples viajes y excavaciones en Nizaíto sin encontrar los restos. Nadie con los que hablé conocía el sitio exacto del enterramiento, porque ya se habían ido cuando al mediodía del lluvioso y frío 17 de febrero el secretario de las Fuerzas Armadas almirante Ramón Emilio Jiménez Reyes, ordenó a un cabo y seis rasos quemar a Caamaño hasta desaparecerlo totalmente, para que los patriotas dominicanos no tuvieran sus restos para rendirle culto e inspirarse en sus ejemplos históricos, y enterrar a Lalane y Pérez Vargas”.

Partiendo de este testimonio del propio Claudio Caamaño. ¿Tiene o no don Guillermo Gómez razón?