Los Angeles, Estados Unidos. La temporada 2016-2017 de la NBA tendrá otra cara, con equipos armados hasta los dientes para luchar por el título, aficionados furiosos por la traición de sus ídolos y un baile de millones de dólares que ha llevado a varias superestrellas a cambiar de galaxias.
La mudanza de Kevin Durant a Golden State; de Pau Gasol a San Antonio; Dwyane Wade a Chicago; Derrick Rose a Nueva York y Al Horford a Boston, ha movido el piso de la dos Conferencias y de repente los campeones Cleveland Cavaliers ya no son tan favoritos para repetir el título de 2016.
Ha sido ésta la agencia libre más impactante de la última década, tanto por las megaestrellas disponibles en el mercado laboral como por la lluvia de 24.000 millones de dólares que irrigará el territorio de la NBA por los próximos nueve años, gracias a un contrato televisivo inédito hasta entonces.
Con cada equipo disponiendo de un tope salarial en 94 millones para la campaña 2016-2017, el dinero ha dicho la última palabra, dando lugar a los más grandes temores del comisionado Adam Silver: el desequilibrio entre los equipos y las Conferencias, por la concentración de estrellas en una franquicia.
«Habrá consecuencias no intencionadas que pueden ser dañinas para la NBA», dijo Silver sobre la súbita inyección de capital en las arcas de la liga.
«Desde nuestro punto de vista, preferimos que los grandes jugadores estén distribuidos en diferentes lugares en vez de concentrados en un mismo mercado. Ya veremos qué pasa este verano», añadió entonces el jefe de la NBA.
Pesca frenética
Desde que el 1 de julio se dio el pistoletazo de arrancada para la firma de los agentes libres, los grandes balleneros se fueron detrás de los dos peces más grandes del océano enebeísta: LeBron James y Kevin Durant.
Todo indica que James prefiere quedarse en Cleveland en busca de un segundo campeonato con esa franquicia, y mucho más de los 24 millones que le asegura una ampliación garantizada para la campaña 2016-2017.
Es por ello que ‘King’ James fue de los primeros en declararse agente libre, apenas unos dias después de guiar a los Cavs al primer título de su historia como franquicia.
Según fuentes de la liga, su representante Rich Paul está plantado en una cifra cercana a los 40 millones por temporada.
James parece pensar que si los Warriors le dieron a Durant -sin haber ganado aún un título de campeón- casi 27 millones al año por dos campañas, a él habría que pagarle más en razón de sus tres coronas, dos con Miami Heat (2012 y 2013) y una con Cleveland (2016).
Las negociaciones avanzan, pero nadie se sorprendería si LeBron anuncia otra «decisión», como la que lo llevó de Cleveland a Miami en 2010.
Kevin Durant, por su parte, le dio la espalda al Oklahoma City Thunder y por 54,3 millones de dólares se fue en busca de su añorado anillo de campeón con los Golden State Warriors.
Los muchachos de Steve Kerr vuelven a tener cartel de superfavoritos gracias al poder de fuego que les confiere KD, tres veces mejor anotador de la NBA, Stephen Curry, Klay Thompson y Draymond Green.
Otras movidas
Otras movidas que impactaron la liga fueron las del español Pau Gasol de Chicago a los San Antonio Spurs, con contrato de 30 millones por dos años; de Dwayne Wade de Miami a los Bulls (47 millones por dos años) y del dominicano Al Horford de Atlanta a Boston Celtics por 113 millones por cuatro campañas.
Los New York Knics se manifestaron dispuestos a cambiar su cara perdedora y su presidente, Phil Jackson, abrió la chequera para reforzar a su estrella Carmelo Anthony con el exastro de los Bulls Derrick Rose (vía intercambio), el francés Joakim Noah (72 millones en 4 años) y Courtney Lee, proveniente de Charlotte (48 millones en 4 años).
El centro Andre Drummond renovó por cinco años y 130 millones de dólares con Detroit Pistons, el pivot Dwight Howard concretó por tres años y 70,5 millones de dólares con Atlanta Hawks y los Houston Rockets le dieron a su jugador franquicia James Harden contrato de 118 millones por 4 años.