David Brittain y su mujer Bridget, tenían 86 y 84 años de edad. Y buena parte de ellos los pasaron juntos. No querían que nadie les robara su independencia, así que decidieron suicidarse el pasado mes de noviembre. Su historia ha conmocionado al Reino Unido, ya que ahora se ha sabido que hace 5 años esta pareja entró en contacto con una asociación llamada Exit, que se dedica a proporcionar ideas sobre sistemas de suicidio efectivos, para garantizar lo que ellos consideran una muerte digna.
Los dos ancianos, residentes en la ciudad de Devon (Inglaterra) se conocieron hace 65 años. Y según sus hijas, odiaban estar separados. Susan Keeling de 57 años y Judith Thompson, de 59, explican en un comunicado que “Nuestros padres fueron gente orgullosa. Estuvieron casados 60 años y dependían y confiaban el uno en el otro. Nuestro padre odiaba que mi madre se fuera una sola noche. Querían estar juntos. No querían estar separados”.
Al parecer, dos hechos dispararon los acontecimientos. Primero, la muerte de Tink, el viejo perro de la familia, que tuvo que ser sedado debido a una enfermedad incurable; y segundo, la noticia de que iban a ser ingresados en una residencia para ancianos.
No está claro quién tomó la decisión de que tenían que ir al asilo. Ni tampoco quién les proporcionó las bolsas que se ataron al cuello y que propiciaron su muerte por ahogamiento. Aunque algunos creen a que dichos materiales fueron suministrados por alguien de Exit.
David Brittain, comandante retirado de la marina británica, padecía serios problemas de salud y tenía graves dolores tras sufrir una caída cuando acudió a disfrutar de un espectáculo de ballet. Sus hijas no estaban al corriente de ninguna de estas dos circunstancias, ya que el exmilitar era muy celoso de su intimidad, y temía perder su independencia si alguien de su familia supiera de ello.
Por su parte, Tom Curran, portavoz de Exit, se ha defendido en las páginas del tabloide The Mirror. Según él, la asociación solo da información a sus miembros sobre cómo pasar sus últimos años de vida con dignidad. Curran se ha negado a confirmar o desmentir que los Brittain fueran socios. “No damos instrumentos para los suicidios porque es algo ilegal. Solo damos consejos a ancianos o a enfermos terminales. Jamás hablaríamos con un adolescente o con un joven que quisiera morir”, explica el representante.
Fuente: https://difundir.org