La intentona golpista de julio le costó a la economía turca 300.000 millones de liras (USD 100.000 millones) y provocó la anulación de un millón de reservas turísticas, según fuentes oficiales citadas el martes por la prensa.

Foto: AFP/ Ozan Kose

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«Si tomamos en cuenta los aviones caza, los helicópteros, las armas, las bombas y los edificios (dañados), son 300.000 millones de liras y tal vez un poco más», dijo el ministro de Comercio, Bulent Tüfenkci, al diario Hurriyet.



Un grupo de militares intentó la noche del 15 al 16 de julio derrocar al presidente Recep Tayyip Erdogan. Los golpistas abrieron fuego contra la muchedumbre y contra varios objetivos, entre ellos el Parlamento en Ankara. El episodio se saldó con 271 muertos, 34 de ellos en las filas de los amotinados.

El ministro afirmó que el costo podría ser superior, dado el impacto de la sublevación en el turismo y en el comercio exterior.



Muchos inversores «dejaron de venir cuando vieron las imágenes de tanques en las calles y el Parlamento bombardeado», afirmó. Además, «muchos encargos de productos del extranjero se anularon», declaró.

«Los golpistas dieron de Turquía una imagen de un país del tercer mundo», lamentó.

Tüfenkci evaluó en un millón las reservas turísticas canceladas, una cifra elevada pero que se explica en gran medida por la decisión del gobierno de suspender las vacaciones de tres millones de funcionarios, para llevar adelante las purgas en la función pública e impedir fugas al extranjero de presuntos implicados en el golpe.

El sector turístico ya se había visto duramente golpeado por los atentados atribuidos a comandos yihadistas o de independentistas kurdos. En junio, la llegada de viajeros extranjeros al país registró una caída de 40% en relación con el mismo mes de 2015.

El ministro aseguró que la situación política se había normalizado rápidamente y destacó que la paridad de la lira con otras divisas se mantuvo relativamente estable.