Decenas de miles de militares surcoreanos y estadounidenses iniciaron este lunes unas maniobras que simulan un ataque norcoreano, y Pyongyang, liderado por Kim Jong-un, replicó con amenazas de bombardeo nuclear preventivo.
Estas maniobras anuales, bautizadas Ulchi Freedom, son esencialmente una simulación en ordenador pero movilizan a 50.000 surcoreanos y 30.000 estadounidenses.
Todos los años, provocan un aumento de tensión en la península, y más este año, en un momento de fuerte crispación intercoreana.
Después de varios meses de lanzamientos de misiles por los norcoreanos, tras una cuarta prueba nuclear de Pyongyang en enero, ciertos expertos consideran que las relaciones intercoreanas no han estado peor desde los años setenta.
El nerviosismo ha aumentado con una reciente ola de deserciones en el Norte, la más emblemática la anunciada la semana pasada del número dos de la embajada norcoreana en Gran Bretaña.
La presidenta surcoreana, Park Geun-hye, advirtió contra el peligro de réplica norcoreana después de esas bajas.
“Es muy posible que Corea del Norte cometa atentados y provocaciones (…) para impedir toda agitación interior, disuadir de cualquier otra deserción y sembrar el desorden en nuestra sociedad”, declaró Park en una reunión de su gabinete.
“Montón de cenizas”
Park aseguró que el ejército surcoreano está en estado de alerta y “respondería vigorosamente” a cualquier acción hostil.
Las maniobras Ulchi Freedom contemplan un escenario completo de invasión norcoreana.
Washington y Seúl afirman que su objetivo es puramente defensivo. Pyongyang las considera una provocación.
En un comunicado, el Ejército Popular Coreano (KPA) indicó que las unidades apostadas en la frontera están “completamente listas para lanzar bombardeos preventivos de represalias contra las fuerzas ofensivas enemigas implicadas”.
La más mínima violación de la soberanía territorial norcoreana durante esas maniobras haría que la fuente de la provocación sería reducida a “un montón de cenizas por un bombardeo nuclear preventivo a la coreana”, añadió un portavoz del KPA.
El Ministerio surcoreano de la Unificación deploró el tono agresivo del comunicado y exigió al Norte que “se guarde de toda provocación”.
Pyongyang esgrime con frecuencia este tipo de amenazas pero los expertos consideran que el peligro de error o de incidente involuntario -que podría tener consecuencias militares dramáticas- es más alto dado el cierre estos últimos meses de todos los canales de comunicación intercoreana.
Pyongyang cortó a primeros de año las dos líneas de comunicación que existían con el Sur, que estaban dedicadas al ejército y al gobierno.
Corea del Norte cerró en julio su último canal directo con Washington al cesar todos sus contactos con el gobierno estadounidense pasando por la misión norcoreana ante la ONU.
La respuesta internacional al ensayo nuclear de enero ilustró el aislamiento de Corea del Norte, que se llevó una nueva serie de sanciones, aprobadas también por China, la principal valedora de Pyongyang.
Corea del Norte no se dejó impresionar para nada con esas sanciones, que tienen un impacto económico real. Y Algunos temen una demostración de fuerza por parte de este país, después de la serie de deserciones.
La del diplomático destacado en Londres, Thae Yong-ho, supone un grave revés para Pyongyang y una de las mayores “presas” de Corea del Sur.
Según muchos expertos, pertenecía a “la flor y nata” de la diplomacia norcoreana y debería ser una fuente de información de primer orden sobre la actual dirección norcoreana.
La agencia oficial norcoreana KCNA lo presentó este lunes como una “podredumbre humana”, un “criminal” que desvió dinero, violó a un menor y espió por cuenta del Sur.
AFP