Para “sobrevivir” con un sueldo de RD$12 mil como seguridad de una Importadora en Villa Juana, Miguel Ángel Ferrera Valdez tiene que hacer malabares y dedicarse a una multiplicidad de actividades extras, como la de ‘buscón’, reciclador, limpiador de talleres de mecánica y hasta acarreo.
Simplemente lo que gana en su empleo no le alcanza, aunque su esposa Luisa Méndez gana RD$10 mil como empacadora de canasta en otra empresa.
Según las estadísticas del Banco Central, el promedio nacional de la canasta familiar es de RD$28,366.5, y aunque la suma de los salarios de la pareja Ferrera-Méndez se acerca a esa cifra, la realidad es que apenas sobreviven.
La pareja, con tres hijos, residente en la calle Américo Lugo (parte atrás), de Villa Juana, tiene la suerte de no pagar casa, porque levantaron una mejora en un terreno prestado de un familiar y, aún sin tener esa presión, afirman que no pasan hambre y se sienten “ricos” por el buen crédito logrado.
Ambos rejuegan y se dividen el salario que reciben, quincenalmente, que suma RD$10,000 (por los descuentos). Cada uno aporta RD$2 mil (RD$4 mil entre los dos) para la compra de comida, que no les llega al final de la quincena y tienen que recurrir al “fiao”.
Lo rinden yendo al mercado Nuevo de la Duarte y supermercados de precios populares, pagan entre 700 y 800 en el colmado. Para rendir el dinero compran agua a “granel”, que cuesta 25 pesos el botellón. Luisa gasta 500 pesos a la semana de pasajes, él se los ahorra porque trabaja cerca.
“Un día cocinamos arroz, habichuela y pollo, pero al siguiente comemos arroz con huevo o espaguetis con plátanos o lo que encontremos”, explican.
Señalan que les ayuda el que ahora sus tres hijos están en una escuela de tanda extendida, donde desayunan y almuerzan.
Además, se ayudan con la tarjeta Bono Luz para solo pagar 400 pesos mensuales por la energía que consumen.
Destaca ElDia que al mes le echan unos 200 pesos de gas al pequeño tanque. La telecomunicación es un renglón importante, pues gastan 700 pesos en telecable, tienen un teléfono familiar y dos celulares prepagados.
Otro mecanismo de defensa es comprar su ropa de “paca” (usada) o en importadoras.
¿Estudiar para qué?
Miguel Ángel dice que en ocasiones hace las veces hasta de ayudante de camión para buscarse los RD$500 y unos que otros pesos para completar el presupuesto.
“Siempre estamos ‘cruzaos’ en el colmado, pero nos fían porque somos buena paga”, comentó el joven que apenas alcanzó el tercero de bachillerato y no aspira a estudiar porque muchos de sus amigos en el barrio, siendo profesionales, están en condiciones similares a la suya.
Al margen de sus limitaciones, de vez en cuando se da su vuelta por el Malecón, donde se gasta hasta mil pesos “y ahí nos juntamos con los blanquitos”, comenta en tono jocoso.
Le pareció una broma que la senadora Sonia Meteo, con un sueldo de “lujo” diga que no puede comprar su botellita, cuando él paga 25 pesos por un botellón.