Unos treinta millones de personas que viven en América Latina y el Caribe no tienen luz eléctrica, en una región donde se utiliza la mayor cantidad de energía renovable del mundo para generar electricidad, afirmaron expertos este martes en Panamá.

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En la región latinoamericana hay «30 millones de personas que aún no accesaron a la energía» eléctrica, afirmó Fernando César Ferreira, secretario Ejecutivo de la Organización Latinoamericana de Energía (OLADE).

Esa cifra representa un 4% de la población, que vive sin electricidad en la región.



Las declaraciones de Ferreira fueron formuladas en Panamá, durante la apertura de un foro de cuatro días organizado por OLADE, que reunirá en el país centroamericano a funcionarios, expertos y miembros de organismos internacionales para tratar sobre energía en el continente.

De acuerdo con Ferreira, la falta de acceso a la electricidad que padecen esos 30 millones de personas se debe principalmente a la falta de infraestructuras en sus países, y no al costo de la energía.

Un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el 75% de las personas que no tienen acceso a la electricidad se concentran en siete países: Haití (7,5 millones), Perú (3 millones), Argentina (2,1 millones), Bolivia (1,8 millones), Brasil y Colombia (1,7 millones cada uno) y Guatemala (1,6 millones).

Por el contrario Bahamas, Barbados, Brasil, Costa Rica, Uruguay, Paraguay y Venezuela han alcanzado el acceso por encima del 99%, según ese documento.

Además, según el BID, el promedio de electrificación urbana en América Latina es del 99%, mientras que la cobertura rural es de 82%.

Sin embargo, los expertos afirman que la región de América Latina y el Caribe es la que más utiliza energías renovables en el mundo, para producir electricidad.

«En Latinoamérica el 60% de la electricidad es generada por energías renovables, es la más alta tasa a nivel mundial», dijo Ariel Yépez, jefe de la división de Energía del BID.

«Los retos generales son que los países (latinoamericanos) tengan matrices de energía más limpias», pero «este esfuerzo debe ser conjunto con los países, organizaciones e instituciones porque no tenemos recursos abundantes», añadió Ferreira.

Según el BID, en la región todavía hay 87 millones de personas que cocinan con combustibles tradicionales como la madera y el carbón.