Santo Domingo. La República Dominicana sigue siendo del agrado y es el refugio predilecto para muchos extranjeros cuando enfrentan dificultades en sus países, no es algo nuevo, la historia registra cuando a finales de 1930 Adolfo Hitler permitirá la inmigración de los judíos, pero, muy pocos países estuvieron de acuerdo con recibirlos, República Dominicana estuvo entre los pocos, de ahí el agradecimiento eterno de Israel con este país.
De ahí en adelante República Dominicana ha recibido con agrado a cubanos, mexicanos, españoles, suizos y de otras naciones que ven un atractivo en la tierra de Duarte, Sánchez y Mella.
Indudablemente el país ha experimentado un nivel de crecimiento, al menos eso es lo que se vende al mundo, la crisis política, económica, moral y social está acelerando la salida masiva de los venezolanos a tierras que le brinden estabilidad, lo mismo hemos hecho y seguimos haciendo los dominicanos, ser inmigrante no es nada fácil, la necesidad de progresar nos impulsa a despojarnos casi de todo, menos de la dignidad.
Pero para ir directo al grano y que encuentre sentido el titular de esta opinión, me quiero referir al desplazamiento que han dado las mujeres venezolanas a las dominicanas.
Es cierto que las venezolanas gozan de gran aceptación en el país por su belleza y educación, pero no sé qué ha pasado, ya se ven muy pocas dominicanas en los eventos de importancia realizando labores de modelos o en promociones, al punto que hoy estuve en una actividad privada en la que vi pocos rostros criollos.
Las venezolanas, colombianas y otras extranjeras fueron introduciéndose en ese campo desde que los equipos del béisbol invernal le abrieron sus puertas y según reportes, muchas bailarinas ganaban más dinero que muchos peloteros, vaya usted a ver.
Después de ahí el mercado fue creciendo, se vendió esa idea y de repente la mujer dominicana ha pasado a un segundo o tercer plano, al punto que por El Complejo de Guacanagarix muchos califican de pobres los eventos que utilizan nuestras representantes.
La República Dominicana tiene muchas mujeres bellas, de belleza natural sin cirugías ni alteraciones, a mi entender si las criollas no se ponen las pilas quedarán absolutamente fuera del mercado.
Con mi comentario no pretendo incentivar a que sean sacadas las extranjeras, pueden coexistir, no hay por qué sacar del negocio a las nuestras.
Si alguno de ustedes maneja el tema y quiere aportar que lo haga en los comentarios. Reciban un abrazo.