Los candidatos presidenciales Hillary Clinton y Donald Trump mantienen este lunes el primero de una serie de tres debates, en un choque de importancia crítica para sus aspiraciones de llegar a la Casa Blanca y que se realiza en un ambiente de creciente tensión.
La demócrata Clinton, de 68 años, y el republicano Trump, de 70, son los dos aspirantes con mayor índice de rechazo que se haya registrado hasta el presente entre candidatos presidenciales de los dos partidos principales, y además luchan cabeza a cabeza en los sondeos.
De acuerdo a un estudio realizado por el diario Washington Post y la red ABC News, Clinton aparece con una mínima ventaja sobre Trump, una delantera tan ajustada que incluso está dentro del margen de error de la encuesta.
Según ese sondeo, cuando la consulta incluye solamente a los dos principales candidatos, Clinton supera a Trump por 49% a 47%, pero cuando se incluyen a los otros dos candidatos minoritarios la ex secretaria de Estado exhibe una leve ventaja de 46% a 44%.
Aunque los resultados de los sondeos han variado ampliamente en los últimos dos meses, lo cierto es que al inicio de la campaña Clinton tenía una enorme ventaja de dos dígitos sobre Trump, y a pesar de los espectaculares gastos de campaña esa superioridad en las encuestas literalmente se ha derretido.
Proyección de imagen
El debate de este lunes, que tendrá una duración de 90 minutos sin interrupciones y se realizará en la Universidad de Hofstra, en Nueva York, tendría la mayor audiencia en las campañas electorales estadounidenses, y se espera que supere los 80 millones de espectadores que tuvo el choque entre Ronald Reagan y Jimmy Carter en 1980.
Ni Clinton ni Trump pueden darse el lujo de un desempeño flojo en este primer debate, dado lo apretado de la carrera, pero los dos tendrán la posibilidad y la responsabilidad de tratar de mejorar su imagen para reducir sus índices de rechazo.
El 88% de los electores estadounidenses consideran que Clinton es muy inteligente, pero el 65% no la considera honesta, y el 52% tiene francamente una opinión negativa de ella. En tanto, el 61% de los estadounidenses tiene una opinión negativa de Trump.
Cambiar esa percepción será una tarea de colosos. Por ello, todo el fin de semana los candidatos suspendieron sus actos de campaña y se encerraron con sus enormes equipos de asesores para ensayar cada detalle del debate.
Fuentes allegadas al comité de Clinton revelaron a la publicación en línea Politico que la ex secretaria de Estado incluso ensayaba con uno de sus asesores en el papel de Trump, probando incluso provocaciones con asuntos personales para ejercitar la mejor conducta a seguir en las discusiones.
Discusión temática
Este primer embate entre los dos importantes candidatos presidenciales será divido en tres parte temáticas: para discutir la dirección en que el país avanza, la prosperidad y la seguridad.
Aunque la agenda contempla una civilizada discusión de alto nivel sobre estos temas, desde el inicio la campaña mostró numerosos momentos de golpes bajos, y resta ver si la volátil oratoria de Trump estará bajo control en esta discusión.
El millonario candidato republicano convirtió en uno de los temas centrales de su campaña la necesidad de adoptar una mano de hierro contra los inmigrantes en situación irregular en el país, tanto por una cuestión económica como de seguridad nacional.
La idea de construir un muro en la frontera con México se tornó en una de sus más célebres propuestas, así como el veto al ingreso de musulmanes al país o la deportación de millones de inmigrantes en situación irregular.
Por ello, no se descarta que Trump defienda esas propuestas en el segmento dedicado a la seguridad.
En una carrera tan apretada como ésta, los dos candidatos precisarán de los millones de votos que puede aportar la comunidad latina, aunque la propuesta del muro y de las deportaciones en masa por parte de Trump parecen haber consolidado el apoyo del voto latino a la candidatura de Clinton.