Washington, (EFE).- El Tribunal Supremo de EE.UU. medió hoy durante una audiencia en la guerra de patentes entre Samsung y Apple, una disputa en la que la compañía de la manzana acusa a su rival de haberle copiado las esquinas redondeadas y otros aspectos del diseño de sus teléfonos iPhone.
En una audiencia de una hora y media, los jueces del Tribunal Supremo se mostraron dubitativos sobre si Samsung debe pagar 399 millones de dólares a Apple, su principal competidor, por haber copiado algunas partes del diseño de sus teléfonos, un castigo estipulado por instancias judiciales inferiores.
La surcoreana Samsung y la estadounidense Apple, con sede en Cupertino (California) mantienen desde 2011 una batalla judicial por las patentes de los teléfonos móviles que les ha llevado por tribunales de todo el mundo y que les ha hecho gastar millones de dólares. La compañía de la manzana demandó a Samsung en 2011 por haberle plagiado la apariencia de sus dispositivos móviles y, en 2012, un jurado federal dio la razón a Apple, asegurado que su rival le había copiado el diseño de algunos dispositivos para sacar al mercado modelos como el Galaxy S II.
Específicamente, Samsung está acusada de haber robado tres características patentadas- el aspecto redondeado de las esquinas de los iPhone, el diseño del bisel que sujeta la pantalla al resto del teléfono y la disposición de los coloridos iconos de las aplicaciones en la pantalla del celular. Como resultado del litigio, un tribunal ordenó a Samsung pagar a Apple una indemnización de 930 millones de dólares. Samsung ya pagó a Apple más de 548 millones de dólares en diciembre de 2015 y ahora está tratando de que el Tribunal Supremo le permita evitar el pago de los otros 390 millones de dólares, que es la suma de los beneficios que consiguió la compañía surcoreana con 11 modelos de celulares supuestamente similares a los de Apple.
La multa contra Samsung fue estipulada en 2012 por un jurado, una forma con la que los ciudadanos administran justicia y que hoy cuestionaron algunos jueces del Tribunal Supremo al dudar de que sea la mejor forma para dirimir un caso tan técnico y centrado en el diseño de teléfonos móviles. “Desde luego si yo fuera parte del jurado, no sabría que hacer”, dijo durante la audiencia el juez Anthony Kennedy, que ha emitido en muchas ocasiones el voto de desempate entre los nueve jueces que deben conformar el Tribunal Supremo, aunque la corte está compuesta actualmente por ocho magistrados.
La decisión de los jueces, que se emitirá en junio, podría tener un enorme impacto a largo plazo en los diseñadores de productos tecnológicos porque, si falla a favor de Samsung, el Tribunal Supremo estaría poniendo un límite a las sanciones que las compañías deberían pagar por infringir reglas de patentes.
En concreto, la corte decidirá si Samsung debe pagar una multa equivalente a la totalidad de los beneficios obtenidos por los productos supuestamente copiados o si la indemnización debe limitarse solo a los beneficios que pueda probarse que hayan sido obtenidos por la copia del diseño del iPhone. En cerca de 120 años el Tribunal Supremo no ha estudiado un caso de patentes. En la década de 1870 lo hizo para mediar en una disputa sobre el diseño de los mangos de cucharas. EFE