La presión social que se ejerce sobre las mujeres solteras es enorme en cuanto de casarse o formar una familia se trata. Pero para lo que muchos de nosotros se queda en simples bromas y frases como “se quedó a vestir santos” o “es hora de comprar un gato”, en China trasciende a tal punto que estas mujeres se convierten en una deshonra para su familia. Hace un par de meses el mundo conoció, a través de un artículo publicado por BBC, el drama de unas jóvenes a las que las que tanto sus familias como el gobierno denominan “mujeres sobrantes”. Al no encontrar un esposo antes de los 27 años, están faltando a uno de los pilares de la cultura china:el respeto a los padres, para quienes tener una hija “solterona” se convierte en la mayor vergüenza.
En la sociedad china contraer matrimonio o tener hijos no es visto como una opción sino como una prioridad para las mujeres, a quienes se les ha encargado la tarea de solucionar el desequilibrio de género causado por los abortos selectivos provenientes de la ley del hijo único. Si bien las mujeres solteras de la sociedad occidental han logrado de una u otra forma sobrevivir a estos estereotipos y demostrar que se puede ser feliz estando solas, la situación para las chinas y sus familias puede llegar a ser mucho más compleja. Muchos padres llevan perfiles de sus hijas e hijos solteros a los “mercados matrimoniales”, que no son más que calles repletas de anuncios con información de la persona y en donde esperan conseguirles pareja. Trabajo, salario, propiedades, son algunos de los aspectos que resaltan en dichos perfiles. Pero cuando el tiempo pasa, y ni siquiera los mercados matrimoniales dan resultado, las mujeres chinas buscan otras formas para evitar ser señaladas por parte de sus familias. Una de ellas es rentar un novio.
La cadena de televisión Al Jazeera realizó un documental que expone el caso de Li Chenxi Will, una diseñadora de exteriores apasionada por su trabajo y que acaba de cumplir los “aterradores 27 años” para una mujer soltera. Li tenía que visitar a su familia por el Año Nuevo Chino y no quería volver a soportar las incómodas preguntas sobre su soltería, además de que no quería que sus padres se siguieran preocupando por dicho asunto. Acudió a varios sitios en Internet para alquilar un novio por tres días. El chistecito le salió por aproximadamente mil dólares. Después de varias llamadas y varias negativas por parte de varios de algunos “novios de alquiler”, Li contactó a través de una amiga a Sean, un joven chino americano de 24 años quien estuvo dispuesto a ayudarla. En dos semanas inventaron toda la historia que le iban a contar a la familia y emprendieron el viaje a Harbin, la ciudad natal de la protagonista. Sin embargo, a pesar de la coartada, la familia de Li Chenxi no se comió el cuento.
Según Andrea Carvajal, socióloga experta en equidad de género, todo este fenómeno refleja que aún se mantiene un sistema patriarcal que genera presiones sociales especialmente sobre la población femenina: en el caso de China se manifiesta en la vergüenza por no estar casada, que obedece al hecho de tener que estar al lado o dependiendo de un varón para ser una mujer completa.
Todo esto se puede ver reflejado en una sociedad como la colombiana, teniendo en cuenta que prácticamente en toda Latinoamérica se mantiene un pensamiento patriarcal que, aunque no se manifieste de las mismas formas que en China, mantiene esteriotipos sociales muy marcados, que cuando son reforzados pueden llevar a este tipo de presiones.
Sin embargo, a los defensores de la moral y las tradiciones hay que informarles que,según cifras publicadas en un informe del Urban Institute de Washington, solo el 69.3% de las mujeres y el 65% de los hombres millennial se casarán antes de los 40 años, convirtiéndose en la generación con más adultos jóvenes solteros.
La respuesta al porqué de estas cifras las tenemos nosotros mismos; cada vez estamos más enfocados en alcanzar logros profesionales y una estabilidad económica para los que muchas veces una familia se convierte en un obstáculo. Apreciamos la libertad más que ninguna otra generación y la idea de tener que cambiar las fiestas y vacaciones de aventura por reuniones de padres, clausuras de colegio o planes todo-incluido, nos parece simplemente ilógica.
Fuente: https://www.shock.co/