La policía brasileña arrestó este miércoles al ultraconservador exdiputado Eduardo Cunha, cerebro del impeachment que destituyó a la presidenta de izquierda Dilma Rousseff, que estaba siendo investigado por su vinculación con la corrupción en Petrobras.
Cunha, que como presidente de la Cámara de Diputados llegó a ser segundo en la línea de sucesión presidencial, será trasladado a Curitiba (sur) para quedar a disposición del juez federal Sergio Moro, a cargo de las causas que investigan sospechosos sin fueros privilegiados (ministros y legisladores), informó un asesor de esa fuerza.
“Fue detenido en Brasilia, podemos confirmar”, dijo un asesor de la policía a la AFP, sin ofrecer más detalles.
Fuentes del juzgado de Moro, devenido en ícono de la lucha contra la corrupción que desvió más de 2.000 millones de dólares de la petrolera estatal, indicaron que el proceso está bajo secreto de sumario y que aún no ha sido liberado el escrito del magistrado con las razones que motivaron la intempestiva detención.
Cunha, de 58 años, enfrenta acusaciones de corrupción pasiva, lavado de dinero, ocultamiento de cuentas en el extranjero abastecidas con dinero ilegal de Petrobras, abuso de poder y realización de maniobras para obstaculizar investigaciones.
El exlegislador, un activo evangélico del partido de centrodecha PMDB del presidente Michel Temer, fue quien aceptó el pedido de juicio político que separó del cargo a Rousseff en mayo y la destituyó el 31 de agosto.
El impeachment puso fin a un ciclo de más de 13 años de poder del Partido de los Trabajadores (PT), iniciado por Luiz Inacio Lula da Silva (2003-2010), quien también se halla bajo la mira de Moro y de otros tribunales por el caso Petrobras.
Cunha, un fino conocedor de los laberintos reglamentarios del Congreso, fue destituido el mes pasado por sus colegas por ocultar cuentas bancarias en Suiza y quedó inhabilitado de ejercer cargos públicos, en una nueva página de la larga crisis política que golpea al país.
El caso Petrobras llevó a prisión a políticos y encumbrados empresarios.
AFP