Julian Assange, el creador de Wikileaks asilado en la embajada de Ecuador en Londres, puso en aprietos al gobierno del izquierdista Rafael Correa, que esta semana restringió el acceso a internet al ciberactivista para evitar interferir en la campaña electoral estadounidense, opinan expertos.

Julian-Assange-WikiLeaks



«Por supuesto que el gobierno de Correa se siente incómodo», señaló a la AFP Mauricio Gándara, exembajador de Ecuador en Reino Unido. «Le ha dado todo el apoyo a Assange para que haga lo que hizo».

Según este experto en relaciones internacionales, con su decisión Quito está tratando de «corregir el daño» que implica para su imagen proteger a alguien como Assange, quien con su sitio web de filtración de información confidencial ha afectado la campaña a la Casa Blanca de Hillary Clinton.



Desde el 7 de octubre, WikiLeaks ha divulgado miles de correos electrónicos conseguidos de una cuenta de Gmail que supuestamente pertenece al jefe de la campaña de Clinton, John Podesta, dejando al descubierto vínculos entre el Partido Demócrata y Wall Street.

«Esta restricción temporal no impide que la organización WikiLeaks lleve a cabo sus actividades periodísticas», afirmó el martes la cancillería ecuatoriana al anunciar la medida, tomada «en ejercicio de su derecho soberano».

Sin embargo, «la situación es complicada de resolver por parte de Ecuador», advirtió Santiago Basabé, politólogo de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO).

El gobierno de Correa «está entre la presión de Assange a partir de la informacion relevante que maneja y la presión de Estados Unidos para evitar que información que pueda incomodar sea difundida», resumió.

Assange, un australiano de 45 años, está asilado en la legación ecuatoriana desde 2012 para evitar ser extraditado a Suecia, donde afronta una denuncia por una presunta violación cometida en 2010, que él niega. El supuesto delito expira en 2020.

Assange niega los cargos y afirma que estos son parte de una estratagema para extraditarlo a Estados Unidos, donde podría ser juzgado por difundir información confidencial.

Desmintiendo especulaciones esta semana, el gobierno ecuatoriano reafirmó la vigencia del asilo concedido a Assange. «Ratificamos que la protección del Estado ecuatoriano seguirá mientras las circunstancias que motivaron la concesión de dicho asilo permanezcan», aseguró en un comunicado.

A última hora

La misma WikiLeaks acusó el lunes al secretario de Estado, John Kerry, de haber pedido a Correa que cortara la conexión a internet a Assange, cuando el jefe de la diplomacia estadounidense y el mandatario ecuatoriano se encontraron en Cartagena para la firma del acuerdo de paz entre el gobierno colombiano y la guerrilla FARC el pasado 26 de septiembre.

Pero Washington desmintió enfáticamente esta afirmación.

«Aunque WikiLeaks nos preocupa desde hace mucho tiempo, todo lo que lleve a pensar que el secretario de Estado Kerry o el Departamento de Estado estén implicados en el cierre (de la conexión a internet al fundador) de WikiLeaks es falso», manifestó John Kirby, portavoz de Kerry.

Incluso la cancillería ecuatoriana dijo que su decisión no respondía a «presiones de otros países».

Quito «respeta el principio de no intervención en los asuntos de otros países, no se inmiscuye en procesos electorales en curso ni apoya a un candidato en especial», apuntó en un comunicado.

Consultada por la AFP sobre el tema, la cancillería evitó hacer más comentarios aparte de ese texto.

En varias ocasiones, Correa ha manifestado públicamente su preferencia por Clinton frente al candidato republicano Donald Trump, un polémico contendiente de agresiva retórica a quien benefician las revelaciones contra la candidata demócrata.

«A última hora, cuando ya se ha difundido toda la información, el gobierno se ha asustado porque comprende que la señora Clinton probablemente va a ganar y les podría cobrar por esto», apuntó Gándara.

Para el politólogo Daniel Montalvo, la actitud de Quito podría ser bien vista por el gobierno de Estados Unidos.

«Si bien se le ha ofrecido asilo a Assange, el gobierno (de Correa) se está asegurando de que no haya una interferencia por parte de WikiLeaks en las elecciones» de Estados Unidos, dijo.

Según Basabé, la delicada situación económica que atraviesa Ecuador «es un factor adicional» para que Quito haya tomado esa determinación, pues el país está negociando créditos con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM), dos instituciones de indiscutida influencia de Washington.