Donald Trump se declaró dispuesto  a usar millones de dólares para frenar a Hillary Clinton en la recta final hacia la Casa Blanca, mientras la candidata demócrata mantiene la prudencia.

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«Me siento realmente bien, llena de energía (…) pero esta elección no terminó hasta que haya terminado», declaró Clinton en el avión que la trasladaba de Florida a Nueva York al término de la jornada. «No consideraremos nada como asegurado», insistió.

En su segundo día de visita a Florida, Clinton fue recibida por sus seguidores en Lake Worth con un coro, pues este miércoles cumplió 69 años.



«Yo dudo que Donald Trump haya leído la Constitución» estadounidense, dijo la candidata presidencial demócrata, a 13 días de los comicios.

Horas más tarde, en un segundo mitin en Tampa, ella opuso su visión «de esperanza, optimista e inclusiva» a la «sombría y excluyente» de su adversario. «El cambio es inevitable en la vida, pero lo importante es qué tipo de cambio tendremos», dijo Clinton ante unas 4.500 personas, según una estimación de su entorno.

Un sondeo divulgado en la noche del martes atribuyó a Trump una ventaja marginal en Florida sobre Clinton, aunque dentro del margen de error.

En promedio, las encuestas otorgan a Clinton una ventaja de cinco puntos porcentuales sobre Trump a nivel nacional.

Florida es considerado uno de los estados fundamentales para llegar a la Casa Blanca, y el fin de semana la coordinadora de la campaña de Trump, Kellyanne Conway, admitió que una derrota en ese estado tornaría mucho más difícil conquistar la presidencia.

Clinton también tiene en agenda un viaje a Carolina del Norte, otro estado donde disputa voto a voto con Trump.

Una victoria «espectacular

Pero Trump, que ha denunciado un fraude en los comicios, reiteró su confianza de un triunfo en las urnas.

«Pienso que tendremos una victoria espectacular», dijo Trump este miércoles a la red de televisión CNN, para añadir que pretende reforzar la caja de su campaña recurriendo a su propio peculio.

«Habré puesto más de 100 millones en la campaña y estoy dispuesto a poner mucho más», declaró, sin más precisiones.

El aspirante republicano estuvo este miércoles en Washington, para la inauguración formal de su nuevo y fastuoso Hotel Internacional Trump, próximo a la Casa Blanca.

Aunque estrictamente no formaba parte de su agenda de campaña, Trump aprovechó la oportunidad publicitaria: «Terminar esta obra dentro del presupuesto previsto y antes del tiempo esperado es algo que envía un mensaje», comentó.

«Construí uno de los hoteles más grandes del mundo. Qué debo hacer, no venir?, afirmó. «No puedo perder una hora para cortar una cinta?», declaró a la cadena ABC, aludiendo a quienes le criticaron su desvío a una ciudad masivamente demócrata.

En la avenida Pensilvania, un centenar de personas, principalmente trabajadores y dirigentes sindicales, realizó una manifestación para denunciar la arremetida judicial de Trump contra un gremio de empleados de otro de sus hoteles en Las Vegas (Nevada, oeste).

El sindicalista chileno-estadounidense Yoel Bitran dijo a AFP que es «problemático que no esté dispuesto a reconocer a sus propios trabajadores, que lo hacen rico todos los días y ni siquiera esta dispuesto a reconocer las leyes básicas de este país».

En tanto, Sarah Jacobson dijo a AFP que «todos los empleados de su hotel en Las Vegas son inmigrantes, del Este de África, de América Central y de Sudamérica» y Trump «muestra claramente que no le importan» los derechos de esas personas.

James Harcomb, un elector de Trump, dijo que la protesta era impulsada por el bando demócrata: «Me pregunto cuánto de todo esto es pagado por Clinton y cuánto es espontáneo».

Kriptonita 

Trump mantuvo el tono de críticas a Clinton, quien volvió a ser acosada por la sombra del escándalo del servidor privado que utilizó cuando era secretaria de Estado.

WikiLeaks divulgó este miércoles mensajes que revelan que, al inicio de su campaña presidencial en 2015, integrantes del equipo de Clinton estaban consternados porque asesores del Departamento de Estado no habían logrado evitar el escándalo con la publicación del caso por el diario The New York Times.

«¿Por qué no se libraron de eso hace 18 meses? Es una locura», escribió la auxiliar Neera Tanden el día del escándalo. «Creo que sé la respuesta. Querían salvarse», añadió en un mensaje a John Podesta, quien en ese momento preparaba la campaña presidencial.

En otro mensaje, Tanden apuntó que el escándalo «es como nuestro Talón de Aquiles. O kriptonita».

«Nadie quiere otros cuatro años de (Barack) Obama, no quieren a Hillary con todos sus problemas y corrupción. Hemos visto lo que está siendo divulgado por WikiLeaks y es un desastre», señaló Trump.

Tampa, ella opuso su visión «de esperanza, optimista e inclusiva» a la «sombría y excluyente» de su adversario. «El cambio es inevitable en la vida, pero lo importante es qué tipo de cambio tendremos», dijo Clinton ante unas 4.500 personas, según una estimación de su entorno.

Un sondeo divulgado en la noche del martes atribuyó a Trump una ventaja marginal en Florida sobre Clinton, aunque dentro del margen de error.

En promedio, las encuestas otorgan a Clinton una ventaja de cinco puntos porcentuales sobre Trump a nivel nacional.

Florida es considerado uno de los estados fundamentales para llegar a la Casa Blanca, y el fin de semana la coordinadora de la campaña de Trump, Kellyanne Conway, admitió que una derrota en ese estado tornaría mucho más difícil conquistar la presidencia.

Clinton también tiene en agenda un viaje a Carolina del Norte, otro estado donde disputa voto a voto con Trump.