No es un secreto que para hacer posible la reelección del presidente Danilo Medina Sánchez, no sólo hubo que tragarse el “tiburón podrido”, sino también comerse un león y destutanar un príncipe, para ello los ideólogos, armadores y promotores de la misma, ofrecieron hasta lo que no tenían, incluso entregarle el alma al diablo si fuese necesario con tal de lograr su objetivo.

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Fueron muchos los sectores de empresarios, políticos, religiosos, productores, ganaderos, comunicadores, líderes comunitarios, transportistas y personalidades de la sociedad civil que se entregaron a tiempo completo para ganar la reelección presidencial de Danilo y el Partido de la Liberación Dominicana (PLD), pensando una cosa y les salió otra.

Para citar un ejemplo vamos a revelar la negociación entre el presidente de Fenatrado y del Partido de la Esperanza Nacional (PEN), Blas Peralta, con el enviado del líder que habla poco, pero que el embajador de los Estados Unidos, James Wally Brewster, si lo puso hablar, el nombrado «Juan Pablo Duarte» muy conocido por los grupos de poder gubernamental y de la oposición, el que también se vanagloria diciendo que es el mejor armador y estratega político empresarial del país.



Este enviado palaciego le ofreció al empresario del trasporte y “líder político”, Blas Peralta, que si le garantizaba los votos de su partido para la repostulación de Medina, como recompensa recibiría la puesta en libertad, en principio le otorgarían la variación de la medida de coerción de prisión domiciliaria, para disimular un poco lo que sería el resultado final, que era el descargo total de los estamentos judiciales del país, ya que en ese preciso momento estaba siendo procesado tal como ahora, por asesinar al exrector de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), Mateo Aquino Frebrillet, suena un poco fuerte pero esa es la realidad en la política dominicana para mantenerse en el poder.

La transacción fue acordada en el sentido de que Blas Peralta mandaría a votar a toda su gente tanto del transporte y de la política de su organización partidaria, a través del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), se conversó con Miguel Vargas Maldonado y este lo aprobó, fue el método a utilizar para así demostrar que los votos eran reales y que llegarían a su destino, el cabecilla del Partido de la Esperanza Nacional cumplió, pero por el momento a él le han fallado, sigue preso y sin que aparezca “Juan Pablo Duarte” a honrar lo pactado, y según nuestra fuente del transporte dice que de no cumplir lo acordado realizarán protestas indeterminadas hasta que se le cumpla, por lo pronto hay que esperar el desenlace de las que son promesas, engaños y decepción…

Opinión del periodista Salvador Holguín