SANTO DOMINGO (R.Dominicana).- El escandaloso auge del tráfico de cocaína que mueven los carteles sudamericanos de la droga a través de la República Dominicana, para luego llevarla a Estados Unidos y Europa, provocó que el Gobierno se embarcara desde el año 2000 en la compra de aviones militares de combate para interceptar los vuelos ilegales, que llegaron a transportar más de 100,000 kilos de drogas en unos ocho años.

captura-de-pantalla-2016-11-01-a-las-13-49-36Presiones de la embajada de los Estados Unidos en el país provocaron que no se ejecutara la compra a Brasil de una flotilla de aviones Súper Tucano en el 2002, debido a que empresas norteamericanas también estaban en el negocio ofertando aeronaves militares al Estado dominicano.



La llegada de los aviones Súper Tucano, comprados a la compañía Empresa Brasileña de Aeronavegación, S.A. (Embraer), en el 2008, contuvo las denominadas ‘trazas’ (vuelos ilegales entre dos puntos específicos) y ya en el 2009 los organismos de inteligencia y lucha contra el narcotráfico, nacionales e internacionales, determinaron que el transporte de drogas con esa modalidad era ‘cero’.

Las negociaciones para la compra de los aviones Súper Tucano se iniciaron en el año 2000, en los primeros 100 días del Gobierno de Hipólito Mejía y el PRD.



Todas las intríngulis de las negociaciones están consignadas en un expediente judicial, de tipo civil y privado, que cursa en la Suprema Corte de Justicia, al cual 7dias.com.do tuvo acceso.

El caso está en justicia debido a que la empresa Silverstar Ventures, LTD,  y su presidente, el empresario José V. López Perrota, han demandado a la compañía Embraer por incumplimiento del pago de comisiones por sus gestiones ante estamentos del Estado dominicano para que comprara los aviones Súper Tucano que, aunque las negociaciones se iniciaron en el 2000 y quedaron ‘engavetadas’ en el 2002, finalmente se ejecutó en el 2008, bajo términos similares a los negociados inicialmente.

El expediente, marcado con el número 2014-6173, se encuentra en estado de fallo en la Suprema Corte. Los abogados actuantes por Silverster Ventures y López Perrota son Marino Elsevyf y Virgilio Bello Rosa, mientras que por los demandados, Embraer, actúan los juristas Luis Miguel Pereyra y Ángelo Gómez Encarnación. La demanda de Silverster Ventures contra Embraer fue rechazada por sentencia en primera instancia y dada como inadmisible en la Corte de Apelación pero aceptada en casación por la Suprema Corte de Justicia, que ordenó apertura a juicio en enero del 2016.

Silverster Ventures demanda un pago de comisiones por RD$961,8 millones aduciendo que aunque la venta de los aviones se registró en el 2008, ya los ejecutivos de la empresa representante de Embraer en el país habían hecho todas las diligencias entre el Mando Militar y el Poder Ejecutivo desde el 2000 y que dejaron el negocio en estado de ejecución en el 2002, ya aprobado y emitido el contrato de financiamiento y firmada la operación de compra por las autoridades nacionales, aunque no con la aprobación del Congreso Nacional, obligatorio para su ejecución real.

La historia del caso

En noviembre del 2000, una vez Silverster Ventures recibiera el contrato para representar a Embraer en la República Dominicana, sus ejecutivos establecieron contactos con las autoridades militares dominicanas, que habían mostrado interés en la adquisición de aviones más modernos para poder enfrentar las incursiones ilegales de aviones del narcotráfico a territorio nacional, toda vez que los Pillán y A-37 estaban deteriorados.

Los Estados Unidos habían hecho ofertas de venta de aviones A-36 en su versión moderna así como helicópteros militares artillados y preparados para persecución aérea. Había también ofertas de Francia y, en el interregno entraron los brasileños, que para entonces estaban desarrollando los Súper Tucano, construidos, probados y puestos al servicio de la Fuerza Aérea de Brasil en 1999.

Embraer ofertaba en el 2001 la venta de 10 aviones Súper Tucano EMB 314 y cinco avionetas Emb-202 Ipanema, entrenamientos a pilotos y mecánicos, repuestos, provisiones y equipos de aeronavegación por un monto de $110 millones de dólares, con financiamiento de bancos de Brasil.

Hubo muchas conjeturas del porque la compra de los Súper Tucano no se ejecutó en el 2002, como había sido aprobada inicialmente por el Alto Mando Militar y el Palacio Nacional. La versión más socorrida entre la alta oficialidad militar del país y comentarios diplomáticos, señala que la Embajada norteamericana habría presionado seriamente a favor de ofertas de Estados Unidos para la venta de aeronaves y equipos de fabricación norteamericana, como radares, lo que incluía la ‘gracia’ de la donación de helicópteros militares los cuales, sin embargo, debían ser reparados y optimizados por el Estado dominicano para sus operaciones.

En la ocasión, el Estado dominicano decidió no hacer negocios ni a Brasil ni con los norteamericanos. Los vuelos del narcotráfico, sin embargo, aumentaban de manera escandalosa, con gran preocupación tanto para las autoridades dominicanas como para las de Estados Unidos y Europa, que eran finalmente los receptores de millares de kilos de cocaína que pasaban por República Dominicana, donde los carteles del narcotráfico operaba con facilidad, pese a los golpes que la DNCD y la DEA les ocasionaban con frecuencia.

La situación llegó a un punto en que, por ejemplo, entre el 2002 y el 2008 se producían más de doscientas incursiones anuales, detectadas oficialmente, de vuelos de avionetas llenas de cocaína que bombardeaban sus cargas en las costas y territorio firme de la República Dominicana, llegando a la osadía de hacer aterrizajes en carreteras y caminos, donde los narcos descargaban los sacos y maletas de droga bajo custodia de elementos fuertemente armados,  emprendiendo las aeronaves vuelo de regreso a Sudamérica llevando muchas veces grandes cantidades de dinero, producto de las operaciones ya realizadas, y hasta con viajeros ilegales.

En el 2008 la situación era tan escandalosa e insostenible y las presiones de Estados Unidos y Europa tantas, por el auge de las drogas que les llegaba procedente de República Dominicana, puente de las operaciones de los carteles, que el Gobierno de Leonel Fernández decidió dar el paso y cerrar la operación de compra de los Súper Tucano. Las renegociaciones con Embraer se habían reiniciado en el 2006 y ahora no tenían como intermediario a la empresa Silverster Ventures.

El Gobierno del presidente Fernández materializó la compra de los Súper Tucano en base a las negociaciones iniciadas en el Gobierno de Hipólito Mejía, como forma de “continuidad del Estado”, según dijo entonces a la prensa el Secretario Administrativo de la Presidencia, Luis Manuel Bonetti, aunque la compra a Embraer finalmente fue de ocho aviones Súper Tucano EMB 314, por un monto de US$92 millones, lo que incluía las aeronaves, entrenamientos a pilotos y mecánicos, piezas y mantenimiento inicial.

Los aviones, por unidad, costaron unos US$9,2 millones, lo que estaba dentro del rango de precios de esas aeronaves, que según la página de Embraer era entre $9 y $14 millones de dólares por unidad. El resto del financiamiento era para los entrenamientos a pilotos y mecánicos, piezas y mantenimiento inicial durante el primer año.

Del 2002 y al 2016

 Esta operación de Embraer (Empresas Brasileñas de Aeronáutica, S.A.) y el Estado dominicano es centro hoy de un gran escándalo nacional e internacional por la admisión de la empresa de que pagó unos US$3,5 millones en sobornos en República Dominicana para hacer posible la firma y ejecución del contrato, en el 2008.

La Embraer ha sido condenada por la Justicia de Estados Unidos al pago de $208 millones de dólares al declararse culpable de haber pagado sobornos millonarios a varios países, que incluyen República Dominicana, para vender sus aviones.

Por el caso de la alegada recepción de sobornos de la Embraer para la compra de los Súper Tucano están acusados el exjefe de la Fuerza Aérea y exsecretario de las Fuerzas Armadas, Pedro Rafael Peña Antonio, y el excoronel de la Fuerza Aérea, Carlos Piccini Núñez.

Presiones de la Embajada

Fuentes militares confiaron que la misión militar norteamericana y otros funcionarios de la Embajada de Estados Unidos en el país habrían mostrado su molestia por las negociaciones del Gobierno dominicano, en el 2001 y 2002 para la compra de los aviones a Brasil, lo cual también habrían hecho entre el 2006 y 2008 cuando se retomó el caso.

La opinión de los expertos militares norteamericanos, citan las fuentes consultadas por 7dias.com.do, era de República Dominicana tenía más necesidad de helicópteros que de aviones para la lucha contra las incursiones ilegales, por aire y mar, del narcotráfico internacional, por la facilidad operacional de dichas aeronaves.

Para ese entonces, Estados Unidos proponían al Alto Mando Militar dominicano la donación de 10 helicópteros Seeking, que podrían servir para los mismos objetivos de vigilancia y acción contra el narcotráfico que los aviones propuestos por Embraer. A los helicópteros, sin embargo, el Estado dominicano tendría que invertirles aproximadamente US$1 millón a cada uno para ponerlos en óptima operación. Dichas donaciones, se explicó, estarían amarradas a la compra a fabricantes de equipos militares norteamericanos de varios radares de vigilancia aérea y marítima y otros efectos, lo que ‘completaría’ la operatividad de las acciones contra los vuelos y transporte marítimos ilegales de los carteles de la droga.

Asimismo, las fuentes militares y diplomáticas consultadas, coinciden en señalar que el proyecto tenía como punto de apoyo una  intención anunciada del Alto Mando Militar dominicano de adquirir una flotilla de helicópteros Robinson, Bell y Huges, bajo financiamiento del Eximbank. Estas negociaciones estaban en un punto muy avanzado cuando se produjeron los atentados terroristas del 11 de septiembre en Estados Unidos, situación que provocó un giro drástico de las negociaciones con equipos militares que desarrollaban los norteamericanos.

La República Dominicana se quedó, entonces, sin los Súper Tucano que pretendía comprar a Brasil y sin los helicópteros que se ofrecían donar desde Estados Unidos. En ese momento, entonces, arreciaron las trazas de vuelos de aviones ilegales cargados de drogas desde las selvas y costas de Colombia y Venezuela, aunque también en ocasiones de naciones centroamericanas, como desde Honduras.

En el 2003, poco más de un año después de que el Gobierno de Mejía engavetara la compra de los Súper Tucano a Brasil, soldados dominicanos fueron enviados a Irak, que junto a efectivos de España, El Salvador, Nicaragua y Honduras conformaron la denominada Brigada Multinacional Plus Ultra –y que en el país se denominó al grupo que fue a la guerra Fuerza de Tarea Quisqueya- llegando a estar en el escenario unos 600 efectivos, en dos partidas, de 300 y 302 militares. En mayo del 2004 concluyó la misión de los soldados dominicanos en Irak, lo cual fue motivo de encomio por el gobierno norteamericano.

Fechas claves en las negociaciones

Los episodios y fechas claves en  las negociaciones de los Súper Tucano entre Embraer-Estado dominicano se produjeron entre el 20 de enero del 200, cuando se iniciaron los contactos a través de la empresa Silverster Ventures, y el 11 de noviembre del 2008, cuando la negociación fue ejecutada directamente entre el Gobierno y Embraer.

En el 2016 ha estallado el escándalo de las comisiones ilegales distribuidos por Embraer en varios países, según confesara la propia empresa brasileña al negociar con las autoridades judiciales de Estados Unidos, que como sanción le impusieron multas por $205 millones de dólares.

Algunas fechas claves en las operaciones de la venta de los Súper Tucano, según establece la empresa Silverster Ventures en el expediente de su demanda a Embraer son:

El 20 de enero del 2000: Embraer y Silverster Ventures firman un contrato autorizando a esta última a «realizar todas las diligencias y gestiones frente a las autoridades del Estado dominicano a través de la Secretaría de las Fuerzas Armadas, logrando que dichas autoridades le compren a Embraer, S.A 10 aviones Súper Tucano y cinco avionetas Emb-202 Ipanema, así como provisiones, entrenamientos, repuestos, provisiones y equipos de aeronavegación;

En noviembre del 2000, Silvertster Ventures gestionó y logró que la Secretaría de las Fuerzas Armadas de la República Dominicana le enviara a la compañía Embraer una invitación para la presentación de sus aviones, especialmente el Súper Tucano;

En diciembre del 2000, la empresa gestionó y logró que la Jefatura de la Fuerza Aérea solicitará a Embraer informaciones sobre los aviones Súper Tucano, costos por unidad, costos operacionales, especificaciones técnicas, etc.;

El 14 de marzo del 2001, Silverster Ventures asegura que gestionó y logró que se aprobara el acta mediante la cual el Estado Mayor de la Fuerza Aérea diera su ‘visto bueno’ y aprobación de la compra de los aviones Súper Tucano y que la misma fuera remitida a la Secretaría de las Fuerzas Armadas para fines de conocimiento, discusión y aprobación;

También indica que el 27 de marzo del 2001, gestionó y logró que la Scretaría de las Fuerzas Armadas remitiera al Presidente de la República un informe con su consentimiento y aprobación para la compra de la flotilla de aviones Súper Tucano a la empresa Embraer;

Para el 16 de junio del 2001, la empresa intermediaria dice que gestionó y logró que la Secretaría de las Fuerzas Armadas solicitara a la Embraer los contratos comerciales y financieros que fundamentara la compra de los aviones;

Un mes después, en julio del 2001, Silverster Ventures asegura que gestionó y logró que se firmara el contrato comercial entre el Estado dominicano y Embraer, mediante el cual la empresa se compromete a venderle los aviones al país y este a comprarlos. (Esta venta fue difundida y publicada por Embraer por diferentes medios de comunicación, no obstante el compromiso de confidencialidad de la operación, lo que molestó a las autoridades dominicanas y habría provocado que los norteamericanos arreciaran sus presiones);

Y que en enero del 2002, los intermediarios dicen que gestionó y logró que se enviara y se recibiera las copias del contrato de financiamiento a ser firmado entre el Estado dominicano y Embraer.

Luego de todas estas gestiones, el 20 de diciembre del 2002, Silverster Ventures dice que  Embraer decidió dar por terminado el contrato de gestión de negocios que tenía desde el 2000 y apoyado en este fue que hizo las labores de intermediación para lograr el negocio de la compra de los Súper Tucano por parte del Estado dominicano, informó 7dias.

Después de quedar archivado el expediente y los contratos de compra de los aviones brasileños, el 11 de noviembre del 2008, Silverster Ventures radica una demanda contra Embraer debido a que la empresa brasileña no le había pagado su comisión por las diligencias y gestión que asegura hizo para la venta de los aviones al Estado dominicano. La empresa apoyó para su demanda las declaraciones que hiciera el entonces Secretario Administrativo de la Presidencia, Luis Manuel Bonetti, publicadas en el diario El Nacional el 27 de agosto del 2007, en que el funcionario «niega que haya irregularidades en la compra de los aviones a Brasil ya que el contrato fue firmado por el ex secretario de las Fuerzas Armadas, por lo que se ha hecho es darle continuidad a este contrato, por ser un asunto de Estado».