El compromiso de una niña de 11 años y su primo de 12 que conmociona a Egipto

La imagen de una niña de 11 años y su primo de 12 vestidos como novios impactó a Egipto, luego de que la familia de ambos comunicaran que ambos estaban comprometidos en matrimonio.

Naser Hasan, padre del niño, anunció durante una boda que su hijo de sólo 12 años, Omar, se iba a casar con su prima de 11, Gharam. Los asistentes a la ceremonia fotografiaron el momento y difundieron las imágenes en redes sociales.

El hecho causó un gran revuelo en Egipto, especialmente por las fotografías donde se ve a los niños con trajes de novios y arriba de un descapotable.

“Son simplemente novios y las imágenes corresponden al compromiso. No entendemos tanto revuelo”, dijo el hombre a diario El Mundo de España, quien además justificó el anuncio diciendo a que su hijo siempre ha estado enamorado de Gharam.

“Anuncié su compromiso -confesó- para evitar que cualquier otro hombre se adelantara y pidiera la mano de Gharam“, ha dicho a medios locales.

Matrimonio infantil

El abogado del Centro Egipcio de Asistencia Legal a la Mujer, Reda el Danbuki, denunció el hecho ante tribunales, pues se podría tratar incluso de un caso de trata de personas, pero no tuvo resultados positivos.

“La justicia no está investigando este crimen con el pretexto de que no se puede demostrar que sea un matrimonio a pesar de las fotografías y las declaraciones de los familiares que están circulando por internet”, detalló el Danubki.

De acuerdo a Unicef, el 17% de las menores de 18 años contraen matrimonio en Egipto, pese a que la mencionada esa la edad mínima para casarse en ese país.

Aunque el matrimonio infantil está prohibido, no está penalizado, por lo que en localidades rurales es común que se realicen. Incluso muchos funcionarios públicos encargados de registrar a las parejas aceptan sobornos para modificar la edad de los cónyuges.

“Los niños son obligados a casarse a través de un matrimonio ‘orfi’, que no queda registrado oficialmente. La niña es siempre la parte más débil, la que termina renunciando a su educación y sus desarrollo”, concluye el Danubki.