Los asesores legales del Presidente Danilo Medina deben aconsejarle mejor cuando de interpretar la Constitución y la Ley se trata. En un reciente video que circula por el mundo, Danilo aparece defendiendo a los funcionarios que vencido el plazo otorgado no han entregado su declaración de bienes. Esos asesores a los que me refiero, deberían decirle: «señor Presidente cuando usted se juramenta como Presidente de la República, no sólo jura cumplir la Ley, también hacer cumplir la misma».
Además, señor presidente, usted debe saber que cada ley que se crea en República Dominicana, trae consigo el principio que establece que bajo ninguna circunstancia se podrá alegar ignorancia o desconocimiento de la Ley. En este sentido, al momento de su promulgación, cada pieza legislativa dice que será de conocimiento general en 24 horas para el Distrito Nacional y 48 horas para el resto del país.
Igualmente, las justificaciones de Danilo me confirman lo que pensé cuando estuve mirando a Gustavo Montalvo decir por medio de resolución oficial, que el que incumpliera el mandato de declaración de bienes sería apartado del gobierno el primero de diciembre. ¡Menudo cuento! Ahora el gobierno contradice su propia resolución de hace unos días apenas. Un gobierno no está para «dar chance», está para poner ley y orden, si Danilo quería darle un chance a sus amigos debió coordinar talleres de «cómo llenar una declaración jurada», seminarios de un día o de media mañana quizás, un mes antes del término del plazo previsto.
Rendir una declaración jurada es tan simple como hacer un inventario de cuantos dedos tiene una persona en su mano derecha, colocar los activos y los pasivos, en otras palabras, los ingresos y las deudas y decir las inversiones. Supongo que para algunos funcionarios extremadamente ricos como José del Castillo y Gonzalo Castillo, contar las ovejas de sus rebaños debe resultar una tarea titánica y quizás de varios días, pero para otros funcionarios que se declaran pobres como Ramón Ventura Camejo, debe bastar con escribir sus datos personales y salariales en el encabezado del documento y dejar el resto en blanco. En este último caso, la declaración toma apenas 5 minutos de la apretada agenda de estos funcionarios. Un notario público certifica y da fe de lo estipulado en la declaración y listo.
Pero sí el señor Presidente realmente estaba apurado en darle un chance a sus compañeros y amigos, debió contratar un equipo de personas de manera transitoria (trabajo realizado, trabajo pagado), para que como en el colegio le hagan su tarea a los funcionarios. Tal vez con 15 notarios públicos podría cubrirse la demanda de tantos funcionarios en falta.
El gobierno debe hacer «sus cosas» de una manera más disimulada porque se ve mal que un presidente en un video viole y mande a violar la Constitución, ya que siempre hay que guardar las apariencias. Recuerden: «La mujer del César no solo debe ser honesta, sino parecerlo». Ya las cosas se las hacen al pueblo en su propia cara y todo bien. ¡A disimular más y hacer mejor las cosas!
Educación e Imperio de la Ley es el binomio que separa los países desarrollados de los países del Tercer Mundo, si no pregúntenle a Singapur, un país joven que se independizó en los años 60s y hoy es la potencia en educación. Con la educación también llegan los valores éticos y se fortalecen las instituciones: Transparencia y rendición de cuentas.
República Dominicana, el país que más crece económicamente de Latinoamérica (en mi opinión debido a la inyección de capital proveniente de tantos préstamos), tiene todo el potencial para convertirse en una nación desarrollada y el Presidente Medina lo sabe, porque está invirtiendo en la educación como ningún presidente antes que él lo hizo. Pero está invirtiendo en paredes y no en las personas, tenemos cientos de nuevas escuelas lo que nos provee la infraestructura necesaria, pero ahora hay que cambiar el modelo y fortalecer el recurso humano docente porque de lo contrario son los estudiantes que pagarán el precio en exámenes de desempeño como la prueba PISA. Entre otras cosas, tenemos que reincorporar la asignatura de “Moral y Cívica” y enseñar y examinar de manera obligatoria el contenido de la Constitución dominicana. Para estos fines, podría usarse la versión infantil de la Constitución.
En el examen de ciudadanía de los Estados Unidos, no pasas si no conoces tus deberes estipulados en la Constitución americana y las prohibiciones consagradas en este texto. En cambio, en República Dominicana estamos acostumbrados a enfocarnos más en nuestros derechos que en nuestros deberes como ciudadanos, ignorando que nuestros derechos terminan donde comienzan los derechos de los demás, en este caso el derecho del pueblo como soberano a la información pública. Nuestros políticos deberían leer sobre John F. Kennedy para que se tropiecen con la famosa frase: “No te preguntes qué puede hacer tu país por ti, pregúntate que puedes hacer tú por tu país”.
Si educamos en valores y principios éticos, estaremos invirtiendo en una sociedad progresista y en una generación de niños honestos y temerosos de la Ley que serán la próxima generación de nuestra clase política y de seguro no serán tan descarados para burlarse del pueblo en su propia cara porque serán hombres y mujeres con pudor, decoro y decencia. El modelo de construir escuelas, más que una política educativa, ha servido como una política económica que dinamiza la economía y da trabajo a los ingenieros amigos y no amigos, pero ahora más que escuela debemos construir maestros, programas curriculares, libros de textos, en fin, construir un nuevo modelo educativo. Teniendo ya la fase de la infraestructura cubierta, espero que los próximos años del presente gobierno se centren en elevar la calidad del sistema.
Citando el lema del Ministerio de Turismo, de promoción de nuestro país: “República Dominicana lo tiene todo”. A esta frase yo solo le agregaría: incluyendo corrupción y descaro político. República Dominicana: «País rico fundado en 1844 pero que casi 200 años después sigue siendo pobremente administrado».
Por Geovanny Vicente Romero, Analista Político