Recorrer el supermercado no es una tarea fácil.
Vas por leche y sales con seis botellas de vino (¡en oferta!) Y una bolsa de papas fritas. Juramos que nuestros amigos del supermercado son sólo empresarios honestos tratando de vender algo de comida. Nunca los podríamos acusar de hacer trucos mentales del Jedi, ¿o, sí?
Bueno, sí podríamos. Ningún ámbito de los consumidores ha sido tan analizado como la tienda de comestibles.
Al igual que cualquier propietario responsable de cualquier empresa, los dueños de los supermercados han estudiado a sus consumidores y han aprendido lo que nos hace reaccionar.
A menudo llamado “la pista de carreras”, el supermercado está diseñado para conseguir que entres en la “pista” y hacer que vayas lo más lento posible a través de cada pasillo.
La mayoría de los productos principales han sido colocados estratégicamente para maximizar tu tiempo y el dinero que vas a gastar.
Aquí están algunos trucos del negocio proporcionados por Food Netwoork.
1. La puerta se cierra detrás de ti
Las puertas de los supermercados son por lo general de una sola vía. Una vez adentro, tendrás que pasar por algunas ofertas especiales para encontrar la salida.
Es como cuando las víctimas débiles y asustadas de una película de terror se dan cuenta de que la única manera de salir de ese ambiente es a través él. En lugar de matarte, los supermercados sólo quieren venderte algunas galletas.
2. Flores a la entrada
La tienda de comestibles te recibe con centenares. La primera impresión es importante, y el jardín de cubos de tulipanes justo dentro de la puerta te dice: “Has llegado al lugar más fresco y alegre de la tierra”.
Hay también una teoría de que la estimulación sensorial nos abruma, nos fríe la tarjeta madre mental y nos hace más susceptibles a las compras compulsivas.
3. Aromas estimulantes
Hablando de estimulación. El dueño estimula tu apetito con uno de los olores más básicos y tóxicos: el olor del pan recién horneado. Se te impulsa a comprar con el estómago, no con tu cerebro consciente de tu presupuesto.
4. Te llenan de productos llamativos (e innecesarios) en el camino hacia productos básicos
Mientras vas a buscar la leche, debes pasar por un pasillo lleno de productos nostálgicos. Los dueños de los supermercados quieren darte la leche, pero sólo después de que camines a través de todo el terreno de sus ventas.
Los pasillos centrales con los productos de marca son los más rentables. Es por eso que los artículos de primera necesidad – como cereales y café – están colocados en los pasillos centrales. Y están a menudo en el medio de ese pasillo central. De esa manera, sin importar de la dirección que vengas, vas a estar expuesto a medio pasillo de cosas que no sabías que necesitabas, hasta ahora.
5. Carros grandes
Apartando los que hacen planes para el apocalipsis zombi, muy poca gente necesita un carrito de compras tan grande. Pero aquí está la cosa. Si a los seres humanos los ponen a cargo de un agujero, sienten la necesidad psicológica de llenarlo.
Es por eso que el carrito de compras se ha duplicado en tamaño, y esas canastas pequeñas son, intencionalmente, difíciles de encontrar.
6. Ponen lo más caro hacia el lado derecho
Normalmente, “leemos” el mundo de izquierda a derecha. Nuestros ojos siempre están inclinados hacia el lado derecho o hacia el lado donde naturalmente se desarrolla la “historia”.
Así que ahí es donde los supermercados tienen, con frecuencia, los artículos que es más probable que compres.
7. El bombardeo a los ojos
No es que seamos flojos, bueno sí, lo somos. Compramos mayormente lo que está a altura de los ojos, así que es ahí donde colocan los comestibles más rentables.
Los alimentos más económicos están casi siempre en el estante inferior, al lado del vino en caja.
En cambio, los productos dirigidos a los niños (cereales con monitos) los colocan a la altura del muslo, a la altura de los ojos de tu niño, quien ahora está atacado con una, fuerte y desesperada necesidad de cereales azucarados.
8. ¡Bocaditos gratis!
Las personas van al supermercado “en una misión”. Es el mayor interés del dueño del supermercado, animarte a ir más lento y quedarte ahí un rato. Haciendo una parada para bocaditos gratis ayuda. Y también te abre el apetito.
9. La música
Los estudios demuestran que tu reduces la velocidad y te tomas tu tiempo cuando oyes música. El rock rápido sale, Air Supply entra. Vamos a bailar lento.