Hace nueve años, Donald Trump afeitó la cabeza del marido de la magnate de la lucha libre Linda McMahon,en directo y por televisión; y este miércoles la designó para su futuro gabinete presidencial en Estados Unidos.
La historia detrás de esta nominación, quizás la más rara de las que lleva Trump, da muestra de la enorme transformación del magnate inmobiliario, quién pasó del mundo de las celebridades a ser el próximo inquilino de la Casa Blanca.
Recordemos que Linda McMahon donó una cifra en torno a los 6 millones de dólares para la campaña de Donald Trump. Según un reportaje del The Washington Post, McMahon realizó las donaciones a través de un Comité de Acción Política, que permite a los postulantes recibir ayudas económicas ilimitadas por parte de individuos, empresas u otro tipo de organizaciones.
El republicano anunció que designó a McMahon para dirigir la Small Business Administration, una posición a nivel de gabinete encargada de las pequeñas empresas.
Trump, quien prometió reducir la carga impositiva de las empresas y relajar las regulaciones para facilitar el crecimiento económico, dijo que la elegida es “una de las mejores ejecutivas del país”.
La Small Business Administration se encarga de apoyar a las 28 millones de pequeñas empresas del país, que emplean a alrededor de la mitad de la fuerza laboral del sector privado en Estados Unidos.
McMahon dirigió entre 1994 y 2010 la empresa World Wrestling Entertainment (WWE), dedicada a la organización de encuentros de lucha libre profesional. Según la compañía, sus emisiones se ven en más de 650 millones de hogares de todo el mundo en 25 idiomas.
“Ella ayudó a que WWE creciera de una modesta operación de 13 personas a una empresa global con más de 800 empleados en oficinas de todo el mundo”, dijo el presidente electo en un comunicado publicado por su equipo de transición.
“Linda va a ser una líder estupenda y una campeona para las pequeñas empresas, e impulsará el espíritu de emprendimiento estadounidense por todo el país”.
McMahon, de 68 años, dijo sentirse “honrada” por haber sido elegida.
Su marido, el patrocinador de lucha libre profesional Vince McMahon, participó con Trump en una lucha televisada bautizada “La Batalla de los Multimillonarios”, en 2007 en Detroit, que se suponía que serviría para determinar qué magnate tenía más dinero.
Cada uno eligió a los luchadores que se pelearían por ellos. El de Trump resultó ser el ganador, tras lo cual el magnate tiró a McMahon al suelo, se sentó sobre él y le afeitó la cabeza en medio del cuadrilátero.
Los McmHaons se conocieron cuando eran adolescentes, y llevan casados 50 años.