Todos nos hemos mentido. Nos hemos dicho que comenzaremos mañana la dieta, que dejaremos de ir a la cama con el teléfono, que todos aman los regalos que les da, etc.
Así lo plantea la doctora en psicología, Andrea Bonior, quien en una columna en el portal especializado Psychology Today señala que muchas de estas mentiras son inofensivas o incluso beneficiosas, ya que con ellas tratamos de disminuir la fricción que la vida cotidiana puede generar.
Sin embargo, ¿qué pasa con las mentiras a las que nos aferramos más obstinadamente, las que se arraigan y que influyen en nuestro comportamiento de manera tal vez que nos perjudica? “Estoy hablando de las mentiras a las que estamos tan acostumbrados … que son, como dirían algunos psicólogos psicoanalíticos, ‘egosintónicas’ a nuestros sistemas de creencias, que ni siquiera los reconocemos como mentiras“, expresa.
Según dice la experta somos propensos “caer en ellas muy cómodamente porque suelen en el momento, darnos comodidad a corto plazo. Aunque eso puede venir bien, siempre es a expensas del crecimiento a largo plazo”, asegura.
En este sentido, ella afirma que si queremos hacer cambios en nuestras vidas, tenemos que examinar si estamos engañándonos a nosotros mismos. ¿Reconoces alguna de estas mentiras comunes?
1. “Cuando ocurra tal cosa, seré feliz automáticamente”
Existe el mito de que tan pronto como lleguemos a un punto final (cambie de trabajo, encuentre una nueva pareja, termine un programa de postgrado, obtenga un aumento, baje de peso), nuestras vidas simplemente serán ideales, y las cosas serán más fáciles y más felices.
Bonior plantea que cuando nos decimos esto ignoramos el hecho de que nuestra infelicidad actual puede estar contribuyendo a la situación que no nos gusta, en lugar de lograr un efecto de ésta.
“Quizás estás permaneciendo en un trabajo o mala relación porque estás demasiado deprimido o ansioso para hacer cambios. Tal vez la razón por la que no comes más saludable o haces ejercicio es porque nunca has ajustado tu horario o hábitos de alimentación para permitirlo”, señala.
“Estás diciendo ‘Una vez que cambie de trabajo ……’ o ‘Una vez que pierda peso, voy a ser más feliz’, lo que no te lleva a ninguna parte. Decir que tan pronto como conquistes ese objetivo lograrás ser feliz, te hará sentir mejor momentáneamente, pero es poner el carro delante del caballo. En su lugar, pregúntate, ¿por qué no ha sucedido lo que quiero todavía?“, afirma.
2. “Puedo hacer que él o ella cambie, incluso si no quiere cambiar”
“Él/ella no quiere cambiar, pero tiene que haber algo que pueda hacer para que esto suceda”, es un pensamiento muy común. O “ella/él no quiere dejar de beber, pero sólo necesito hablar con él o ella y todo será distinto”, dice Andrea, agregando que esto no sólo aplica a parejas, también a familiares, colegas y amigos.
La especialista explica que es cierto que nuestro comportamiento puede realmente influir en los demás, y podemos ayudar a las personas a convertirse en su mejor yo, e incluso animarlos a que nos traten mejor, alterando nuestras interacciones. “Pero cuando alguien realmente no quiere cambiar, estamos frente a una pared de ladrillos. Creer que sólo la voluntad de tu parte hará que esto cambie, puede hacerte miserable cuando no suceda”, advierte.
3. “Mañana, voy a empezar de nuevo. Hoy quizás no es buen momento para intentarlo”
Este es el permiso que te das a ti mismo para comer hasta cansarte. Es el momento en que decides que ya lo estropeaste un poco, así que está bien un auto-sabotaje completo e ir tan lejos como sea posible.
“El problema es que el resto de ese helado no es muy placentero, porque ya te estás sintiendo muy mal por eso. Y, por supuesto, estás haciendo que el hoyo del que debes salir sea más profundo mañana. Esta mentalidad es la clásica de todo o nada, donde te convences de que necesitas llegar al fondo para empezar de nuevo desde cero”, indica la terapeuta.
“Pero, piénsalo: ¿Por qué no progreso a las 8:56 pm lo mismo que progresaré a primera hora de la mañana? Si estás buscando mantener tu casa organizada, ahorrar dinero, hacer ejercicio, comer alimentos más saludables o ser más amable con tus seres queridos, sólo será más difícil de alcanzar esa meta por negarte a aprovechar la oportunidad delante de ti, aquí mismo y ahora, no importa lo avanzado que esté el día. No lo pospongas, o simplemente te acostumbrarás más a caer en el mal hábito”, añade.
4. “No lo dijo en serio”
Las excusas que podemos formular para alguien que amamos (o que queremos justificar porqué permanecemos a su lado), pueden ser alucinantes, dice la experta. “Podemos darles el beneficio de la duda una y otra vez, imaginando que hay razones inofensivas o incluso agradables para las acciones que nos están haciendo sentir incómodos o perjudicándonos”, asegura.
“Cuando alguien con quien estamos saliendo hace algo irreflexivo, podemos pasarlo como un error, y tal vez lo sea. A veces todos nos enojamos. Perdonar a un compañero por descuidos comprensibles es una parte importante de una relación saludable”, dice Andrea.
“¿Pero qué pasa si estamos excusando un patrón de comportamiento, como consistentemente dominar una conversación, menospreciar nuestros éxitos, o burlarse de nuestra apariencia? ¿Qué pasa si constantemente nos decimos a nosotros mismos (o a nuestros amigos y familiares) que esa persona es incomprendida – que no es realmente cruel, desagradable, agresiva o intolerante como parece? En esos casos, debemos preguntarnos por qué su comportamiento sería diferente de su carácter, una y otra vez”
5. “Voy a tener más tiempo libre cuando suceda tal cosa en el futuro”
“Muchas personas cortan sus horas de trabajo o renuncian a cierta actividad en la expectativa de que tendrán tanto tiempo que no sabrán qué hacer con éste y adoptarán un estilo de vida significativamente menos estresante. Esto puede suceder, pero rara vez es automático”, indica.
“Al igual que cuando obtienes un aumento y comienzas automáticamente a gastar más dinero en almuerzos y ropa, y nunca se traduce en más ahorro, tenemos una manera de gastar nuestro tiempo libre extra en formas que no esperamos”, afirma.
Si deseas más tiempo libre, debes comenzar a priorizar y cortar lo que no aporta de tu horario, aquí y ahora, y siempre. Pero suponer que tan pronto como tus hijos salgan del colegio, por ejemplo, tendrás mucho tiempo de descanso, no es realista, dice la experta.
6. “Sólo necesito más fuerza de voluntad”
“Sí, la autodisciplina es un activo, y un montón de personas exitosas parecen beneficiarse de tener camiones de la misma. Pero muchas otras personas han aumentado su productividad y felicidad simplemente cambiando sus ambientes, haciéndoles más fácil adoptar los hábitos que ellos quieren“, explica Bonior.
“¿Quieres dejar de usar esa tarjeta de crédito? Congélala -literalmente- en un bloque de hielo. ¿Quieres dejar de revisar facebook en los semáforos? Desactiva la aplicación en tu teléfono. ¿Quieres que tu familia sea más organizada? Haz las cosas muy fáciles de guardar, con lugares claramente designados y rutinas y contenedores. ¿Quieres comer más verduras? Gasta en versiones pre-cortadas y pre-lavadas que son mucho más rápidas de tomar y con mucho menos esfuerzo, (y por lo tanto son más tentadores) para agarrar cuando tienes hambre”, dice ella.
Andrea sugiere no estancarse pensando que los cambios en el estilo de vida son sólo voluntad. Cuanto más puedas usar lo que los expertos llaman control de estímulo, adaptando las características de tu entorno para que se condicionen mejor a ciertos hábitos, más probabilidades tienes de alcanzar tus metas”, afirma.