La palabra se repite una y otra vez, miedo. Si antes era difícil para un chico salir del armario, con Donald Trump en el poder el temor se multiplica.
Desde que el magnate republicano fue elegido en noviembre, los teléfonos del Trevor Project, una organización que presta consejo y apoyo a jóvenes LGBTI (lesbianas, gays, bisexuales, transexuales e intersexuales) en situación de depresión y/o suicida, no dejan de sonar.
El día después de la elección, recibieron 400 contactos, entre llamadas y mensajes a sus plataformas virtuales. Fue el mayor número en un mismo día en todo el año.
«Antes de la campaña, de esta elección, uno sentía que tenía el poder porque el camino trazado después [de aprobado] el matrimonio gay era de más apertura y más seguridad en cuanto a leyes y políticas públicas», explicó a la AFP Steve Mendelson, director ejecutivo interino de Trevor Project, que por año atiende a unas 100.000 personas en sus distintos espacios, la mayoría jóvenes menores de 25 años.
«Ahora hay un discurso que lleva a la comunidad a tener miedo, a pensar que no pueden salir del armario», siguió.
Y con un Congreso republicano a los pies del nuevo gobierno conservador, el temor en la comunidad LGBTI es generalizado.
¿Revertir el matrimonio homosexual? ¿»Terapia de la conversión» para cambiar la orientación sexual de niños? ¿Más discriminación?
«Ésta va a ser la lucha de nuestras vidas, estaremos en la resistencia», advirtió Camilla Taylor, consejera senior para Lambda Legal, una ONG dedicada a la defensa de los derechos civiles de la comunidad LGBTI.
Terapia de conversión
«Haré todo lo que esté en mi poder para proteger a nuestros ciudadanos LGBTI de la violencia y la opresión de una ideología de odio extranjera», prometió Trump en la campaña, poco después de la masacre en junio de 2016 en una discoteca gay en Orlando, en las que murieron 49 personas.
Pero el discurso lo eclipsa las designaciones para su gabinete.
«Creo que debemos juzgar quién es y en qué cree basados en lo que ha hecho, y lo que ha hecho hasta ahora es nombrar al gabinete lleno de odio y más anti-gay que se pueda imaginar», indicó Taylor a la AFP.
El vicepresidente Mike Pence, por ejemplo, votó siempre en el Congreso contra el matrimonio gay y leyes contra la discriminación de homosexuales. Y aunque lo niega, se le señala de apoyar la «terapia de conversión».
Pero no es solo Pence, es también el fiscal general o la secretaria de Educación, que también tienen una larga trayectoria anti-LGBTI, resaltan los activistas.
Jim Obergefell, el viudo que lideró la demanda colectiva que llevó a la legalización del matrimonio homosexual en 2015, dijo que es difícil que la Corte Suprema revierta su fallo: se necesita una «tormenta perfecta» muy improbable.
Pero aseguró que teme que se diseñen políticas que afecten a la comunidad o se invaliden las leyes antidiscriminación.
Cosas en común
Trevor está abierto todo el año, 24 horas por día. La operación se divide entre Los Ángeles y Nueva York con voluntarios especialmente entrenados.
La mayoría de las llamadas vienen del sur del país (34%), muy conservador y donde la religión aún tiene un peso muy grande.
«Nadie llama por política en sí, sino por el efecto de la retórica que es usada en la política», explicó David W. Bond, psicoterapeuta y vicepresidente de programas de esta organización.
Los chicos buscan apoyo, alguien que los deje desahogarse. «Si tuvieran un amigo o un abuelo que los escuchara no tendrían que llamar a un extraño», añadió
Desde la elección, Lambda y otras organizaciones como el Centro LGBTI de Los Ángeles intensificaron su asistencia legal a personas transgénero que querían cambiar su identidad antes de la nueva administración, que asume este viernes.
Y ya con Trump en el poder, una miniserie sobre la lucha por los derechos homosexuales en Estados Unidos será transmitida en señal abierta: «When we Rise» –que en español sería ‘Cuando nos alzamos’–, de Dustin Lance Black, ganador del Óscar por el guión de la aclamada película «Milk».
La serie, de siete episodios y que se emitirá desde el 27 de febrero, es una adaptación de la autobiografía de Cleve Jones, militante de los derechos homosexuales y la lucha contra el sida.
«La escribí para esa otra América, para que pueda decir ‘hey, tenemos más en común de lo que piensan'», dijo Black, que nació en el seno de una familia conservadora.