Jennifer Knapp Wilkinson saltó a la fama, una fama que no quería y no merecía, por unas imágenes virales en Internet en la que se la ve cayéndose de una scooter en un supermercado. Viralizada y convertida en memes, su imagen dio la vuelta al mundo, hace cuatro años. Ahora Jennifer ha querido contestar a los trolls que se rieron de ella en las redes sociales.
Jennifer ha hablado sobre ese día y ha compartido la humillante experiencia que padeció. “Nunca es una diversión inofensiva reírse de alguien”. Madre dos niños, aún sufre de obesidad y lucha por perder peso debido a su ansiedad y desorden de estrés postraumático, entre otras dolencias que padece.
En una entrevista en el Daily Mail, Jennifer, de Missouri, Estados Unidos, explica que descubrió la foto cuando su hermana la vio y le preguntó si era ella. Fue entonces cuando leyó los crueles comentarios que se reían de su obesidad.
“Lo peor de esta foto es que la gente cree que una mujer gorda se cae de un carrito porque es tan perezosa que no quiere bajar del vehículo para agarrar una gaseosa”, señaló en un post en Quora.
Jennifer estaba en un supermercado con su marido Robert cuando se cayó de la scooter. Explica que fue muy doloroso. Para ella, la fotografía es un recuerdo del “punto más bajo” de su vida. Se avergüenza de que su obesidad fuese considerada fruto de su “pereza”.
“Fue el punto más bajo en mi enfermedad mental. También sufrí mucho dolor y debilidad ese día. Tomé el carrito porque hacía la compra para mi familia. Quería agarrar unas gaseosas para mi marido”, recuerda.
Jennifer Knapp Wilkinson.
“Creí ver un destello de luz y oí a algunas chicas riéndose. No pensé nada porque estoy acostumbrada a oír a la gente burlarse de mí o decir comentarios sarcásticos. No era nada nuevo”.
“Tengo una enfermedad en la columna vertebral llamada espondilolistesis. Los síntomas más comunes incluyen una sensación de debilidad en las piernas cuando estás de pie mucho tiempo o cuando caminas”, explica. “En mi caso, cuanto más tiempo permanezco de pie, las piernas se vuelven más entumecidas y débiles. Me he caído por esta enfermedad”, añade.
“Mis dos padres tenían esta enfermedad y ambos tuvieron que ser operados de la espalda a los 30 años. Así que hay una buena posibilidad de que mis hijos tengan la misma enfermedad de la columna«, señala.
Fuente: www.contextotucuman.com