Es sabido que el estrés laboral puede afectar profundamente la salud, sin embargo investigadores canadienses han publicado recientemente el primer estudio que relaciona el estrés de determinados puestos de trabajo con diferentes tipos de cáncer.
Especialistas de la Universidad de Quebec y de la Universidad de Montreal analizaron diferentes casos de hombres que debían pasar entre 4 y 12 horas diarias en sus trabajos.
Quienes reportaron mayores índices de estrés laboral durante los últimos 15 años (y en algunos casos, por más de 30) mostraron mayor riesgo de desarrollar cinco tipos de cáncer:
-Cáncer de pulmón
-Cáncer de colon
-Cáncer de recto
-Cáncer de estómago
-Linfoma no Hodgkin
Además, los autores del estudio descubrieron que los cinco tipos de trabajos que presentaban mayor índice de estrés son los siguientes:
-Bombero
-Ingeniero industrial
-Ingeniero aeroespacial
-Capataz mecánico
-Reparador de vehículos y equipos de ferrocarril.
Entre los agentes de estrés que más se repitieron en la investigación se encuentran las cargas de trabajo, plazos, servicio al cliente, inseguridad laboral, dificultades económicas, condiciones de explotación y problemas interpersonales, así como también el propio temperamento del trabajador.
“Uno de los mayores problemas en los estudios anteriores relacionados al cáncer, es que ninguno de ellos abarcó un periodo completo de vida profesional, por lo que se hacía imposible determinar la manera en que la duración de la exposición al estrés laboral podía afectar al desarrollo del cáncer”, señalaron los autores del trabajo a través de un comunicado.
“Nuestro estudio muestra la importancia de medir el estrés en diferentes puntos de una vida laboral”, agregaron.
Jack F. Jacoub, oncólogo y director de oncología torácica del Memorial Care Cancer Institute at Orange Coast Memorial Medical Center en Fountain Valley, California, aseguró no mostrarse sorprendido con estos resultados. En tanto, el experto asevera que el desarrollo de cualquier tipo de cáncer es un “escenario complejo”.
“Creemos que es una interacción entre la disposición genética de la persona y su entorno”, explicó Jacoub.
“Cuando consideras el ambiente, ésto lo abarca todo: lo que comes, lo que usas, cuanta actividad hagas, lo que haces durante el día e incluso tal vez el estado de ánimo. Y cuando consideras el estrés y el trabajo, son componentes sumamente importantes del entorno. Así es que tiene mucho sentido que exista una relación entre esto con las enfermedades que afectan a los humanos”, precisó.
Jacoub apunta a investigaciones previas que concluyen que los adultos con personalidades del tipo A son más susceptibles de ser diagnosticados con enfermedades cardiovasculares.
Por su parte, otro estudio, publicado en la revista científica Journal Neurology, Neurosurgery & Psychiatry, indicó que los hábitos de estrés y el comportamiento tipo A están asociados con un mayor riesgo de tener un accidente cerebrovascular.
En su última investigación, Jacoub aconseja a quienes trabajan bajo altas condiciones de estrés que se enfoquen en la elección de sus estilos de vida.
En ese sentido, el experto sostiene que si bien hay cosas que escapan de nuestro control, existen otras que sí podemos manejar como por ejemplo los hábitos alimenticios, el ejercicio, el cigarro y el consumo excesivo de alcohol.
“Una buena idea es encontrar actividades que ayuden a disminuir el estrés”, sentencia.
“Sin importar si se trata de leer o pasar tiempo con la familia, es importante que las personas comprendan que debe existir un equilibrio en la vida”, concluye Jacoub. “Encontrar ese balance es lo que todos debiéramos tratar de hacer”, asegura.
Personalidades tipo A y B
La categorización de las personalidades entre A y B fue establecida por el cardiólogo Meyer Friedman durante los años 40 luego de analizar el comportamiento de sus pacientes.
Quienes tienen una personalidad tipo A son catalogados como “adictos al trabajo, impacientes, siempre ocupados, y agresivos”.
Lo anterior hace que estas personas tengan síntomas relacionados con el estrés, insomnio e indigestión, y se ha demostrado que algunos subtipos de personas “A” (aquellos que son muy agresivos) tienen más riesgo de sufrir enfermedades del corazón.
Por su parte, los tipo B son personas relajadas, pacíficos, de fácil trato, prudentes, y notablemente menos agresivas. Sin embargo, son igual de competitivos que los A. Igualmente pueden resultar irritables para otros, pues a veces dejan las cosas a un lado para hacerla cuando a ellos se les da la gana, pasando en ocasiones por encima de ciertas reglas.
Si no estás seguro sobre a cual grupo perteneces, puedes realizar un test en este enlace.