La cama es ese espacio acogedor donde cada persona pasa gran parte de su vida -al menos 49 horas por semana si se duermen siete horas por noche- pero ¿cúan higiénico es el lugar de descanso? Siempre es placentero dormir en una cama recién hecha pero no todo el mundo considera necesario lavar las sábanas con asiduidad.

Lisa Ackerley, especialista en higiene, reveló que si no se lavan las sábanas semanalmente, las personas que duerman en esa cama podrían estar exponiéndose al riesgo de contraer serios virus e infecciones. «Piensen en todas las cosas que uno hace en la cama», dijo Ackerley. Aparte de ser el lugar donde se duerme, la cama muchas veces se convierte en la superficie de trabajo o estudio, el espacio para comer, tener relaciones sexuales, apoyar ropa o incluso el lugar de descanso de las mascotas.

«Dependiendo de las actividades para las que se use la cama y también lo limpio que esté uno cuando se acuesta (y del hecho de si se usa ropa de dormir), la cama puede estar bastante más sucia de lo que pensamos, causando un daño en nuestra salud», alertó la especialista.

Gérmenes, bacterias, hongos y virus



El humano tiene todo tipo de bacterias y hongos en su cuerpo que no atentan contra su salud y son necesarios, pero la cama es un gran lugar para que éstos se reproduzcan, sobre todo si se tiene en cuenta toda la humedad que se acumula en la cama al dormir, la saliva, el sudor, las células de la piel y todo lo que ingresa, desde comida a partículas de materia fecal por no higienizar las manos.

Una bacteria de este tipo que se puede propagar en las sábanas es la Staphylococcus aureus, que se encuentra comúnmente en la piel humana o en la nariz de una persona sana. Enfermedades tales como infecciones de la piel o heridas, infecciones del tracto urinario, neumonía y bacteriemia (infección del torrente sanguíneo) pueden desarrollarse si estas bacterias ingresan en el cuerpo. Estas bacterias se acumularán muy fácilmente en sábanas que no son lavadas por varias semanas y pueden causar infecciones en heridas o pequeños cortes de la persona que duerma en esa cama.



Pie de atleta

Si algunas de las personas que duerme en una cama (en el caso de una matrimonial) tiene pie de atleta, al ser una infección altamente contagiosa, lo más probable es que inmediatamente sufra de la afección. Incluso si la persona está bajo tratamiento necesita pensar bien en donde puede haber dejado su marca esa bacteria y limpiarlo todo, incluyendo ropa de cama, alfombras, toallas, medias, zapatillas y zapatos.

En este caso se recomienda lavar las sábanas a una temperatura alta para eliminar el hongo en el lavarropa. Con bajas temperaturas no sólo no se eliminará sino que es probable que se esparza.

Infecciones por hongos

Cualquier persona puede «pescarse» una infección causada por un hongos en la piel, con sólo dormir en una cama con sábanas sin lavar. Esto puede causar problemas en los pliegues de la piel donde se puede alojar humedad. La cama es un gran caldo de cultivo para tales levaduras. Para evitarlos alcanza con lavar las sábanas con frecuencia y con aguas a altas temperaturas.

Virus

Cuando una persona tiene un resfriado o una gripe (u otro tipo de enfermedad viral) necesita lavar y cambiar con mayor frecuencia la ropa de cama con más frecuencia para proteger a quienes duerman en esa cama y no agravar el propio estado de salud. El virus se extiende tanto por el estornudo como por el contacto boca a boca, por lo que los tejidos sucios en la cama tienen que evitarse a toda costa. Es necesario no apoyar los pañuelos sucios en esas superficies tampoco.

Ácaros del polvo

Los ácaros del polvo (Dermatofagoides pteronyssinus) son organismos microscópicos que se alimentan principalmente de piel muerta, razón suficiente para que las sábanas, sillones y alfombras sean su ámbito preferido. Si bien no transmiten enfermedades, sí pueden causar problemas de alergia.

En el excremento de estos organismos, existe una enzima que provoca alergias que pueden conducir a condiciones como el asma y la rinitis. Según los médicos otorrinolaringólogos esto puede causar sinusitis y problemas de oído también.

Se estima que los seres humanos arrojan alrededor de 10 gramos de piel al día, por lo que la cama aloja una gran concentración. Incluso se cree que el 10 por ciento del peso de una almohada de dos años de edad puede estar compuesto de ácaros del polvo y sus excrementos. La solución es dejar la cama ventilando el mayor tiempo posible antes de volver a armarla, expuesta a la luz solar el mayor tiempo posible y, por supuesto, lavar con frecuencia las sábanas.

Las claves de una cama saludable

1. En primer lugar, deshacerse del polvo. Aspirar correctamente la habitación y limpiar cada tanto ??el colchón y edredón es muy importante.

2. Utilizar protectores de almohada y de colchón es una práctica común pero sumamente necesaira para dormir en una cama limpia. Una buena idea es rociar con desinfectante las telas.

3. Lavar la ropa de cama por encima de 60 grados centígrados. Tengo algodón blanco e ir a 90 ° C. Esas temperaturas acaban con todas las bacterias, pero, con telas más delicadas se recomienda una temperatura más baja y rociarlo con spray desinfectante después. Las bacterias crecen mejor a la temperatura corporal del humano, por lo que un lavado de 30 o 40 grados no va a hacer nada o empeorará las cosas.

4. Lavar sábanas y pijamas una vez por semana o más frecuentemente.

5. Tomar un baño antes de dormir e ingresar en la cama siempre con las manos limpias.

6. Si se comparte cama con mascotas es útil conseguir una manta para que se acuesten que sea lavada cada semana por lo menos.

7. Si alguien está enfermo, se debe intensificar la limpieza y lavar la ropa con más frecuencia.

Fuente: https://www.infobae.com