Durante el transcurso de la semana que pasó los medios de comunicación se hicieron eco de las reuniones del gobierno para debatir el anteproyecto de modificación de la Ley 87-01 Sobre Seguridad Social.
A primera vista lo que más me llama la atención es algo que los abogados llamamos “principio de imprescriptibilidad”, que no es más que el tiempo para reclamar ciertos beneficios y derechos. En esta propuesta de modificación ese plazo no vence, lo cual veo como una excelente ventaja para los afiliados, ya que en la actualidad hay personas que pierden beneficios por el simple hecho de falta de información, y a pesar de que reconocemos el esfuerzo que hace la Dirección de Información y Defensa de los Afiliados (DIDA) en tratar de llevar información a la mayor parte la población, con poco dinero y varias limitaciones que tiene, no hay forma de que ese pollo llegue a gallo.
En el área de Seguro de Salud, en este proyecto de modificación, el presidente, con la previa aprobación del Consejo de Seguridad Social, puede disponer cada tres años de las utilidades o beneficios acumulados por el Seguro de Riesgos Laborales (ARL) bajo ciertas condiciones. Este excedente podría ser utilizado en mayores y mejores beneficios, como cobertura total de Seguro Médico para los pensionados, más estancias infantiles, crear un seguro para las empleadas domésticas que no están incluidas como dependientes en el sistema, un soñado seguro de desempleo u otras. Ahora bien, lo que no quisiera escuchar que se usó para pagar los atrasos del ayuntamiento de San Cristóbal, la deuda de “sutanejo” o financiar uno de esos proyecticos que dejan a dos o tres con los bolsillos preñados de papeletas.
Por otro lado esta propuesta de modificación atina a cortar el “cancito” a las Administradoras de Fondos de Pensión (AFP) al no permitir una comisión anual sobre el dinero que tienen los afiliados para pensionarse. A veces pienso que las financieras más leoninas son simples gatitos delante de estas AFP, cuales sin una máscara y sin un arma, mes por mes nos sacan dinero del bolsillo, generan ganancias de ese dinero y además nos cobran por el que nos guardan ¡que negocito más bueno! Ni “la señora del san que se cobra el primer número y dice que como ella lo administra, no tiene que pagarlo”.
Por fin se habla de forma seria de Atención Primaria, esto abarataría costos a los usuarios del sistema, la labor preventiva evitaría brotes epidémicos en sectores populosos, descongestionaría las clínicas y hospitales, mantendría un control efectivo sobre la salud en la población y ya no tendrías que pagar dinero de diferencia por consulta para que te digan que: “eso es un virus que anda, compra esto allí y espera dos días”.
Esperamos que escuchen al Dr. Waldo Ariel Suero, que a pesar de que lo vemos quejarse de forma frecuente, la denuncia que hace es de escuchar, ya que pide la inclusión de médicos sin el control burocrático que mantienen las Administradoras de Riesgos de Salud (ARS), que antes de mejorar el sistema, es del tipo de burocracias que genera “negocios tras bastidores” excluyentes y con ventajas solo para quienes lo realizan. Así como mejorar la forma propuesta para la afiliación de los casi tres millones de trabajadores independientes, que dejaba toda la carga sobre ellos, dejando al que no
pueda pagar este costo fuera. Se supone que la Seguridad Social es universal e incluyente, no podemos dar pasos hacia el pasado, ya que maltratando al pobre, se maltrata y se pierde la esencia del sistema.