Louis Vuitton es considerada una de las marcas más exclusivas de moda. Sus brillantes letras “LV” fabricadas en bronce suelen ser sinónimo de buen gusto y elegancia para quien luce alguna de sus carteras. Sin embargo, estos artículos esconden un profundo sufrimiento que a la marca no le importa mostrar de forma implícita.
Si entras al sitio de LV y te diriges a la pestaña de “handbags” (carteras de mano), tendrás la opción de escoger entre más de 500 productos diseñados por la marca. Para hacer tu tarea más fácil, el sitio te deja filtrar por estilo, color o material: categoría en donde podrás escoger materiales exóticos como avestruz, lagartija, serpiente, cocodrilo brillante o cocodrilo mate.
Para verificar que no se trataba de tan sólo un nombre, la organización PETA (Personas por la Ética en el Trato de los Animales) comenzó una investigación para dar con el origen de las carteras de cocodrilo, descubriendo una terrible realidad.
Según registró en un video el sitio animalista, el material de los productos de Louis Vuitton es extraído desde Vietnam. En este país hay industrias de cocodrilos en donde mantienen a los animales encerrados en celdas de cemento por unos 15 meses.
Cuando llega la hora de extraer la piel del cocodrilo, los ‘granjeros’ le cortan el cuero del lomo para insertarle un fierro por la espina dorsal, dejándolo desangrarse. Luego, comienzan a quitarle la piel. Tal como explican los mismos trabajadores en el video, el cocodrilo continúa vivo durante todo el proceso.
“Las incisiones del cuello son muy dolorosas e inhumanas. No hay ninguna probabilidad de que estos animales mueran de inmediato”, explicó un experto en reptiles a PETA.
Los trabajadores de esta industria saben muy bien lo anterior, motivo por el que mantienen el hocico del animal amarrado todo el proceso.
La miserable suerte de estos animales no termina ahí. Tras su asesinato, su piel es vendida a grandes marcas como Louis Vuitton, quienes fabrican costosos objetos con este material, que van desde los 7 millones de pesos (chilenos) hasta más de 30 millones.
A continuación revisa el video registrado por PETA en una granja de cocodrilos en Bangladesh.