Si le preocupa que la exposición a la radiofrecuencia que emite su teléfono móvil, router o las antenas que están cerca de su casa pueda afectar a su salud, olvídese. Puede seguir usando sus dispositivos como lo hace hasta ahora. Y además, no se olvide, sin saberlo está permanentemente expuesto a ondas electromagnéticas: con el móvil, la radio, el ordenador, las bombillas, el microondas, el horno…Eso sin contar las campos electromagnéticos de origen natural.

Los niveles de exposición de la población a las radiofrecuencias de los dispositivos WiFi, que están bien estudiados en condiciones realistas de funcionamiento, son miles de veces inferiores a los recomendados por la OMS y la Unión Europea», señala Francisco Vargas, miembro del Comité científico asesor en radiofrecuencia y salud (CCARS), que presentaron un informe este martes en el que recogen y analizan estudios sobre la materia realizados entre enero de 2013 y junio de 2016.



Aparte del WiFi, el informe analiza el impacto en la salud de las redes móviles de cuarta generación (4G-LTE) con la que cuentan la gran mayoría de los españoles en sus teléfonos. «Hay que transmitir un mensaje de tranquilidad, los nuevos estudios basados en la tecnología 4G también señalan que los límites de exposición a la radiofrecuencia están por debajo de lo que establecen las agencias y comités científicos».

Por eso, el experto señaló que no ve ninguna necesidad de la «retirada alarmista» del WiFi, móviles y teléfonos en los colegios. Lo mismo, sucede en casa. Ante la inminente llegada del 5G, Vargas señala que el avance en la tecnología se traducirá en menor riesgo aún. «El 5G optimizará la transmisión de la información. Al mejorarla, si antes podía enviar cinco vídeos, ahora enviarás 100. El aparato no requerirá transmitir tanta energía, tanta radiofrecuencuia y globalmente bajarán los niveles de exposición general de la población».



Otro punto fundamental analizado en el informe es la relación entre la radiofrecuencia y los tumores cerebrales. Aseguran que los resultados de estudios epidemiológicos en el periodo estudiado (2013-2016) confirman que no se observa un aumento en el riesgo de tumores cerebrales en usuarios de teléfonos móviles.

Uso del móvil con marcapasos o en hospitales

Respecto al uso de móviles en el ámbito hospitalario sí hay salvedades. Para aparatos que te controla el corazón, como un electrocardiógrafo, un electroencefalograma, para medir la actividad eléctrica del cerebro o un sistema de perfusión de un medicamento, etc. son aparatos electrónicos y se pueden dañar. Por eso, se recomienda tener el móvil a un metro de distancia del aparato médico. «Lo que se produce es una interferencia o incompatibilidad electromagnética y el prejuicio para el ciudadano es indirecto. Por eso en los hospitales está señalizado en determinadas zonas».

También se alude a aquellos pacientes que portan dispositivos implantables, como el caso del marcapasos o implantes cocleareas. «En este caso, el uso del móvil es seguro pero debe mantenerse una distancia de seguridad de 15 centímetros».

Fertilidad

Respecto a la fertilidad, el informe es menos categórico en cuanto a los daños: «Hay pocos estudios al respecto. En principio, los que se han publicado no observan un efecto derivado a la exposición a la radiofrecuencia en madres que han sido usuarias de telefonía móvil. Eso no significa que haya que descartarlo todo. En ciencia no se puede decir esto no pasará, pero actualmente no hay evidencia como para preocuparse».

Drones y juguetes para niños

Un capítulo menos analizado es el de los drones. Un dron emite a frecuencias bajas y está volando, por lo que está lejos. Si estuvieras pegado al dron sería diferente, pero hay que seguir investigando, sabemos muy poco. Veo más riesgo de accidentes que por la misma emisión del apartato.

En el caso de aparatos de radiocontrol, hay un estudio francés que se cita en el informe y que habla del uso de estos aparatos en niños «El problema tiene más que ver con un uso inadecuado más que por la intensidad de campo electromagnético que puedan emitir».

Ahora, ¿qué pasa si pudieran superarse los límites establecidos? «Eso es imposible, tendrías que pegarte a una antena de forma continuada y te provocaría dolores de cabeza, mareos, etc».

En el caso laboral, de personas que por su puesto tienen que estar expuestas a radiofrecuencia, Vargas asegura que la gente está formada, tiene equipos de protección y sabe cuánto tiempo tienen que permanecer en esas áreas. Hay un directiva que les dice cuánto tienen que estar ahí.

Fuente: ABC.