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Santiago. Las medidas de las autoridades de reforzar el patrullaje no detienen los hechos de delincuencia y criminalidad.Por el contrario cada vez son más las víctimas de atracos y las denuncias ciudadanas.
El caso más reciente es la muerte a tiros de un anciano ocasionada durante un atraco a una banca deportiva; esta se suma a la lista de víctimas de la criminalidad y la delincuencia.
Julio Pérez, de 80 años de edad, quien por más de tres décadas laboró como profesor y como alcalde en varios recintos carcelarios, fue ultimado a tiros cuando se encontraba en la banca Naco Sport, ubicada en la avenida Hatuey y Estrella Sadhalá en la entrada al sector El Ciruelito al norte de Santiago.
De acuerdo a testigos, Pérez se encontraba disfrutando de un juego de béisbol cuando llegaron los atracadores e intentaron despojar a la banquera del dinero.
Luis José Salazar, testigo del hecho, narró que en varias ocasiones dicha banca ha sido asaltada, sin que sean apresados los responsables.
Indica el periódico El Caribe que la negativa a cerrar el espacio de apuestas a pesar de la muerte del anciano, causó enojo en la comunidad que decidió clausurarla por su cuenta.
Otro caso de víctima de atraco se trata de una psicóloga, agredida físicamente y despojada de su cartera y dinero cuando acudía a buscar a su hijo al colegio en la comunidad Tigaiga, que comunica con Gurabo.
La profesional de la conducta, identificada como Francina Martínez Álvarez, fue tirada al piso por dos individuos que se desplazaban en una motocicleta. Hasta el momento, el caso ni siquiera ha sido investigado por las autoridades policiales.
En la banca Coffe Sport, de la calle República de Israel, dos banqueras que han laborado en ese espacio de juego de azar, han sido víctimas de los atracos en al menos seis ocasiones. El delincuente tiene el mismo modo de operar, llega a jugar un número de lotería y luego con un arma y tono amenazante exige que le den el dinero de las ventas del día.
AFP 
José Peguero
» El delincuente tiene el mismo modo de operar, llega a jugar un número de lotería y luego con un arma y tono amenazante exige que le den el dinero de las ventas del día »
Yo creo que la solución a este caso particular es hacerle como hacía yo con los bigañuelitos que no me dejaban dormir. Ponerles trampa pegante en su ruta. Cuando caían, les aplastaba la cabeza con el fondo de un botella. Ahí terminaba su vida de fechorías.
En este caso, una dosis de plomo para esta rata, y caso cerrado.