El gobierno de Justin Trudeau presenta este jueves un proyecto de ley que apunta a legalizar el cannabis en poco más de un año y que hará de Canadá el segundo país en el mundo en autorizar su uso recreativo.

En Canadá se permite el consumo de cannabis con fines medicinales desde 2011 y sería el primer país del G7 en autorizarlo con fines recreativos, una legalización que podría coincidir con el día de la fiesta nacional, el 1 de julio de 2018, si el proyecto de ley es aprobado.

Hasta el momento, Uruguay es el único país que ha legalizado el consumo de cannabis para uso recreativo en todo su territorio.

Esta legalización fue una de las promesas de la campaña electoral de Trudeau, quien admitió en 2013 haber fumado cannabis cinco o seis veces, incluso en la época en que se desempeñaba como diputado.

Los jefes de policía de Canadá solicitaron varias veces que se flexibilizara la ley sobre estupefacientes con el fin de reducir los procesamientos por los casos simples de posesión de cannabis.

En 2014 se registraron cerca de 70.000 procesamientos por posesión o consumo de cannabis, lo que supuso un despilfarro de recursos en detrimento de la persecución por delitos más graves, según estos responsables policiales.

El Partido Liberal del primer ministro Trudeau señaló en su sitio de internet la voluntad del gobierno de «retirar el consumo y la posesión» de cannabis del código penal, castigando «con más severidad a aquellos que abastecen a menores, a quienes conducen un vehículo bajo sus efectos y a aquellos que lo venden fuera del marco regulatorio».

A fines de 2016, un grupo de expertos presentó más de 80 recomendaciones al gobierno para regular la producción, distribución y venta de cannabis recreativo, entre las cuales figura la prohibición de vender esta sustancia a menores, en línea con la actual ley sobre la venta de alcohol. Esa edad varía entre los 18 y los 19 años según las provincias.

El miércoles, la Asociación canadiense de psiquiatras recomendó al gobierno que fije en 25 años la edad legal para adquirir cannabis, advirtiendo sobre las consecuencias del uso del cannabis sobre el sistema neurológico de los más jóvenes.

– Mercado floreciente –

El Ministro de Salud, Jane Philpott, afirmó que la ley «permitirá legalizar el acceso al cannabis pero, al mismo tiempo, reglamentar y controlar su acceso» para proteger a los consumidores.

Un marco regulatorio permitirá asimismo al gobierno asegurar «que los beneficios [de la venta del cannabis] se mantengan fuera del alcance de las organizaciones criminales», precisó el ministro el mes pasado.

Las normas sanitarias que regularán la producción de cannabis serán definidas por el gobierno federal y las provincias tendrán a su cargo la puesta en marcha de las redes de distribución y los precios de venta.

Entre las recomendaciones del grupo de expertos figura que los particulares podrán cultivar hasta cuatro plantas y poseer hasta 30 gramos de cannabis.

Al acercarse el momento de presentarse el proyecto de ley, aumentó el número de solicitudes de permiso para la explotación comercial del cannabis y el valor bursátil de las sociedades que fueron aceptadas para su producción se apreció netamente.

Con la legalización, el gobierno estima que 4,6 millones de personas consumirán 655 toneladas de cannabis por año y gastarán entre 3.000 y 4.200 millones de euros.

Mientras nuevas tiendas de cannabis abren (y son cerradas de inmediato por las autoridades) en las ciudades canadienses para intentar ingresar a este potencialmente lucrativo mercado, el gobierno recordó que las leyes actuales deben ser respetadas hasta que entre en vigor la nueva reglamentación.

«Hasta que no tengamos un marco legal para controlar y regular la marihuana, se aplican las leyes actuales», recordó Trudeau en marzo.