El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, promulgó una ley que deroga una medida de su predecesor Barack Obama para proteger la financiación pública a las clínicas que practican abortos.
El Congreso –de mayoría republicana– anuló esta legislación hace dos semanas, provocando el enfado de los demócratas y de las numerosas asociaciones que defienden el aborto. La Cámara de Representantes aprobó el texto en febrero.
En Estados Unidos, los fondos públicos no pueden subvencionar los abortos. Pero clínicas como las de la red Planned Parenthood –que ofrecen este procedimiento– pueden recibir financiación reembolsando otro tipo de servicios, como diagnósticos o métodos de contracepción.
La decisión de Trump permitirá a los estados prohibir el traspaso de dinero público a cualquier clínica que interrumpa embarazos.
Los demócratas señalaron que esta ley es «un nuevo episodio de la guerra que lideran los republicanos contra las mujeres».
A diferencia de otras ocasiones, en las que ha promulgado decretos ante las cámaras para resaltar la trascendencia del momento, Trump prefirió firmar la ley a puerta cerrada.
A finales de enero ordenó restablecer una medida que bloquea la financiación de ONG internacionales que apoyan el aborto.
