Melissa Spitz tenía sólo seis años cuando su madre Deborah fue internada en Washington tras un violento episodio producido por su trastorno bipolar.
“Su vida continuó en un espiral descendente después de eso“, explicó al diario electrónico The Huffington Post. La mujer comenzó a abusar de las drogas y el alcohol, lo que finalmente le costó su matrimonio.
Melissa creció presenciando los violentos episodios que sufría su madre, por lo que se refugió en la fotografía, pasión que le inculcó su abuelo. Para poder lidiar con lo que ocurría, decidió plasmar mediante imágenes el trastorno de su mamá en un proyecto llamado “You Have Nothing To Worry About” (“No tienes nada de qué preocuparte”, en español).
“Todo lo que antes había sido perfecto y tranquilo desapareció de la nada. Para mí simplemente era más fácil llevarme la cámara a la casa y hacer esto, que afrontar lo que estaba sucediendo. Estaba furiosa en ese entonces”, comentó al sitio de actualidad Vice.
La muestra presenta retratos íntimos del hogar de la paciente mental y sus constantes idas al hospital. Pero además ahonda en la relación que ambas mantienen, junto con las duras etapas del padecimiento.
Tal como la madre de Melissa, en el mundo son más de 144 millones de personas que sufren de trastorno bipolar, lo que equivale a casi el 2% de la población. Pero pese a este alto número, sigue siendo un tema difícil de hablar y un diagnóstico esquivo para los médicos.
¿Qué es el desorden bipolar?
“Calificarlo como mal humor, problemas en el trabajo o cansancio es muy común, pues este desorden varia en su severidad”, explicó a la revista Health Carrie Bearden, profesora asociada de Psiquiatría y Ciencias del Comportamiento de la escuela de medicina de UCLA.
Según la Clínica Mayo, el desorden bipolar, también llamado depresión maniaca, es una condición que causa extremos cambios de humor como pasar de la euforia -denominado como estado de hipomanía o manía- a la depresión profunda. “Estos cambios pueden afectar el sueño, la energía, el juicio, el comportamiento e incluso la habilidad de pensar claramente”, explica la entidad.
De acuerdo a la Asociación Americana de Psicología, este desorden también puede restringir la habilidad del paciente de poder llevar a cabo sus tareas diarias, además de ser capaz destruir relaciones personales y profesionales; y en casos extremos, el desequilibrio emocional puede conducir al individuo al suicidio.
Síntomas a los que se debe prestar atención
Los síntomas de esta enfermedad mental se pueden separar en dos: la etapa eufórica y la etapa depresiva, aunque en ambos casos pueden ser signos sutiles y muy difíciles de detectar para alguien sin entrenamiento profesional.
A diferencia de una persona sin este desorden, los cambios de humor son extremadamente intensos. En la euforia, por ejemplo, se vuelven tan impulsivos que podrían llegar a renunciar a su trabajo sin pensarlo dos veces, endeudarse más de lo que puede pagar o dormir sólo dos horas y sentirse descansado.
Por el contrario, en la etapa depresiva, la misma persona se siente demasiado cansada como para levantarse, hablar o seguir con su vida.
A continuación te contamos otros síntomas de episodios bipolares, que podrían indicar que necesitas ayuda de un especialista.
EPISODIO MANÍACO
1. Euforia y energía extrema
Los pacientes bipolares experimentan algo llamado Hipomanía, que es un estado elevado de energía y creatividad. “Puede ser un estado bastante agradable, en realidad”, explicó Bearden.
En ese momento las personas se vuelven más perspicaces, sienten un alta autoestima y llegan a creerse invencibles, algo similar al efecto que producen las drogas. Generalmente es una de las fases que más disfrutan, pues se creen capaces de llevar a cabo cualquier tarea.
2. Falta de concentración
Producto de esta alta energía, los pacientes pueden pasar de un pensamiento al otro rápidamente, sin concentrarse en sólo un tema. Esto también afecta su lenguaje, pues comienzan hablar tan rápido que no se les entiende lo que dicen.
“Pueden ser bastante distraídos y comenzar a hacer un millón de cosas, pero nunca terminarlas”, agregó a la revista Health Don Malone, director del Departamento de Psiquiatría de la Clínica Cleveland en Ohio.
3. Irritabilidad extrema
En algunos casos, los pacientes sufren de una “manía mixta“, donde experimentan síntomas de euforia y depresión al mismo tiempo. Durante este estado, a menudo son extremadamente irritables y desatan su furia por cualquier cosa. Este episodio es uno de los más complicados, pues pueden llegar a ser agresivos.
“Todos podemos sentirnos irritables o malhumorados a veces. Pero en las personas con trastorno bipolar a menudo se vuelve tan grave que interfiere con sus relaciones”, agrega Bearden.
4. Problemas para relajarse o dormir
Las personas con esta condición a menudo tienen problemas de sueño. Durante la fase depresiva, pueden dormir demasiado y sentirse cansados todo el tiempo, pero durante una fase maníaca, pueden dormir dos horas y sentirse llenos de energía al día siguiente.
Por ello Bearden aconseja que mantener un horario de sueño regular es imprescindible para los pacientes bipolares.
5. Problemas de excesos
Alrededor del 50% de las personas con trastorno bipolar también tienen un problema con los excesos. Durante la fase maníaca, no es raro que aparezca el abuso de drogas, alcohol, sexo e incluso compras.
Su juicio también se ve nublado, por lo que se someten a situaciones de riesgo, aunque no siempre tienen que ver con temas de adrenalina, sino que con conductas poco habituales en ellos.
EPISODIO DEPRESIVO
1. Tristeza profundo
“Ellos tienen los mismos problemas con la energía, el apetito, el sueño y el enfoque como los pacientes con depresión regular”, explicó Malone.
El gran problema es que los antidepresivos típicos por sí solos no funcionan bien en bipolares. Incluso pueden empeorar su condición o provocar episodios donde se rompe con la realidad.
“Los antidepresivos pueden ser francamente peligrosos en las personas con bipolaridad, porque pueden enviarlos a la manía”, agrega.
2. Perder interés en algo que suele amar
Cuando están en una fase maníaca, las personas con trastorno bipolar pueden tener una autoestima inflada. “Se sienten grandiosos y no consideran las consecuencias, todo suena bien para ellos”, explica Malone. En cambio, durante el episodio depresivo, sienten que no valen nada y que todo lo que hacen está mal.
Esto provoca una falta de interés en cosas que antes amaban, como por ejemplo, su trabajo, salir con amigos o incluso el sexo.
3. Ansiedad por cosas pequeñas
Por lo general, la depresión viene asociada a la ansiedad, y en el caso de los bipolares, ésta se amplifica hasta las cosas más pequeñas.
Tener que enfrentar una situación nueva, aunque sea de poca importancia, genera una angustia extrema en los bipolares, la que empeora cuando siente incertidumbre sobre el tema.