Cuando Victoria Wright tenía cuatro años, su madre se percató de que sus dientes no estaban creciendo correctamente y decidió llevarla al odontólogo.
Fue diagnosticada con querubismo, una enfermedad extraña, de origen genético que se caracteriza por un crecimiento atípico de algunos huesos de la cara, principalmente el maxilar inferior y maxilar superior.
Este es un trastorno que generalmente se empieza a manifestar a temprana edad y su evolución se detiene al cumplir la etapa de la adolescencia. Las deformidades tienden a desaparecer con el tiempo quedando algunas manifestaciones residuales.
El querubismo aparte de afectar la apariencia física, puede causar también cansancio en la vista, provocar dolores de cabeza, así como en la mandíbula.
Los médicos pronosticaron que su barbilla dejaría de crecer en la pubertad, pero no fue así, en su lugar la mandíbula se hizo más grande y comenzó a afectar los ojos.
Para Victoria la adolescencia fue una etapa extremadamente difícil, fue objeto de burlas por parte de sus compañeros de clases. Recibió amenazas como golpes para colocar su globo ocular en su lugar.
Afortunadamente ella aprendió aceptarse, y contó con un autoestima fortalecida, un alma generosa, llena de valores y con una confianza en sí misma muy clara. Sin embargo, cuando su historia se viralizó en Internet, algunos bromistas empezaron a propagar memes de ella, comparándola con Buzz Lightyear.
Las burlas le hicieron afianzar más la decisión de quererse y defenderse a sí misma. “Tengo un sentido muy fuerte de lo que soy y cómo quiero vivir mi vida”, comenta Victoria.
Victoria habla con tranquilidad e incluso con un poco de humor sobre la vida con una desfiguración facial. Aunque el querubismo es una enfermedad que causa dolor.
Ella se vio en la necesidad de una intervención quirúrgica para aliviar la presión sobre los ojos y aunque salvó su vista, aún sufre de dolores de cabeza a causa de su visión.
“Me han ofrecido una cirugía en la mandíbula para hacerla más pequeña, pero no creo que mejoraría mi apariencia”, dice Victoria. “Estoy acostumbrada a la manera en que veo”.
“Estoy contenta con mi cara casi todos los días. Después de todo, soy una mujer, y ninguna mujer está completamente satisfecha con la forma en que se ve. Pero yo no voy me voy a cambiar para hacer felices a los demás”.
Ella recibe constantemente miradas llenas de asombro e incredulidad. Miradas a las que aun esta mujer no se acostumbra. Sin embargo, Victoria es una mujer amable y ha aprendido a recibir las miradas de una manera sorprendente. Trata de no tomarlo como algo personal.
Fuente: https://difundir.org –